El Cachirulo comedor carta GOC

Vista del remozado comedor de carta. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón.

A finales del mes de septiembre, El Cachirulo reabrió su restaurante de carta, tras una completa remodelación de las instalaciones ubicadas en el edificio histórico, capaz de albergar hasta tres banquetes simultáneos, cada uno con su espacio y jardín propio, además de diversas opciones, por si el mal tiempo impide disfrutar del exterior.

El Cachirulo jardin GOC

La actualización también ha llegado al comedor de carta –menú en realidad, como se leerá–, que mantiene algunos elementos emblemáticos, como la brasa al fondo, los toneles antiguos en la pared o la chimenea, permanentemente encendida durante los días fríos. Ha ganado en amplitud y luminosidad, amén de una mayor intimidad en las mesas.

No existe una carta como tal, sino que la casa ha optado por un menú a precio cerrado, de 38,50 euros, que incluye una botella de vino para cada cuatro personas, con bastantes opciones.

En su filosofía se impone el respeto por el producto, de temporada en su inmensa mayoría, mínimamente elaborado, además de una apuesta por la brasa, de carbón vegetal y también leña, sin olvidar los asados y los guisos. Vuelta a la pura tradición.

El Cachirulo brasa Orlando Tobajas GOC

El jefe de cocina, Orlando Tobajas, a la brasa, uno de los emblemas de la carta. FOTO: Gabi Orte / Chilindrón.

Entre los entrantes, destacan el Tartar de tomate rosa –casi los últimos–, caviar de berenjena, anchoas y queso Praizal o la Ensalada de salmón ahumado con jalapeños, cilantro y guacamole como opciones más frescas, pero también impresionantes guisos como las cocochas de bacalao al pil-pil con callos y morcilla o las Fabes con torrezno de ventresca de atún y vinagreta de piparras. Suculentos los Pimientos del piquillo a la brasa con cazón en adobo y vuelve la clásica Menestra de verduras de la huerta de Zaragoza, añorada por muchos.

Los pescados a la brasa –bacalao, merluza, atún, dorada, lubina– llegan acompañados por verduras y hortalizas, además de la clásica salsa Orio servida aparte. También con está técnica se puede optar por las clásicas Costillas de ternasco, el Entrecot con patatas Puente nuevo y padrones, además de un logrado Rable de conejo con chilindrón al ali-oli. Por supuesto, Ternasco asado con patatas panadera o Cochinillo al horno con escarola, dos clásicos de la casa, y guisos como el Rabo de toro al vino tinto con chalotas glaseadas y Carrillera de ternera guisada con salsa de trufas.

Los postres conforman un amplio abanico, que va desde la Ensalada de frutas con zumo de naranja, hasta el Biscuit de higos, mouse de queso y salsa de miel con nueces, pasando por el denominado Chocolate –crema de chocolate blanco, brownie, ganaché y crujiente– o la Tarta de manzana.

Los más díscolos disponen además de otras propuestas por un mínimo suplemento. Como el Milhojas de foie con manzanas caramelizadas y queso de cabra, Steak tartar o Pulpo a la brasa, sin olvidar su Selección de quesos.

Todo ello regado por la surtida bodega, que contempla desde los vinos aragoneses a los más significados españoles, amén de bastantes referencias extranjeras.

Un feliz reencuentro con los aficionados, al que hay que sumar uno de los servicios de sala más profesionales de la ciudad.

La ficha

Ctra. Logroño, km. 1,5. Zaragoza | 976 460 146.

reservas

Horario: de 13.30 a 15.30 horas. | Cierra lunes. | Admite tarjetas. | Admite reservas. | Menú: 35 euros, bebida incluida. | Aparcamiento propio.

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