La cultura de las cervezas artesanas se está consolidando en nuestro país. A la par que nacen diversas microcerveceras, bastantes de ellas en Aragón, así como bares que elaboran las suyas propias, las asentadas en otros países se dan a conocer en España. Un fenómeno que ha llegado para quedarse y que de momento sigue conquistando cuotas de mercado. Una bebida que se caracteriza por su evolución en la botella, al no estar pasteurizada; la ausencia de filtrados y una absoluta libertad a la hora de incorporar más ingredientes a la base clásica de agua, levadura, malta de cebada y lúpulo.
De ahí que La Zaragozana haya ofrecido gentilmente su antigua fábrica, la más antigua del país en funcionamiento –lleva elaborando cerveza desde 1900 y lo que le falta aún− para celebrar el próximo fin de semana el Zaragoza Beer Festival, un encuentro singular por su entorno, donde se darán cita cerveceros apenas recién nacidos con otros que llevan décadas de experiencia, como la estadounidense Sierra Nevada, cuyo ‘brand embassador’, Steve Grossman ofrecerá una charla el próximo viernes.
Todas las grandes cerveceras miran el fenómeno con interés, adquieren diversas compañías y adaptan su catálogo de productos. Pero ha sido precisamente La Zaragozana, la única ajena a multinacionales, que es quien lleva tiempo trabajando en esta línea de cervezas diferentes. Desde su gama de Ambiciosas, limitadas y temporales, hasta la nueva IPA, que sirve de puente para que los clásicos se acerquen a nuevos sabores.
Una vez más, Aragón y en concreto Zaragoza, se reivindica como lugar de encuentro entre dos visiones de una bebida que, como en el caso del vino, deben ser complementarias y reforzarse mutuamente. Pues en la vida hay tantos momentos diferentes, como tipos de cerveza para degustar. Compruébenlo.