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El silencio de los tigres

Tigres GO
Manolo de Bar Alboran cariocas

Manolo, del bar Alborán, con sus cariocas. FOTO: Patricia Sola & Antonio Esteban. 

 

«Tú lo que quieres que te coma el tigre, que te coma el tigre…» Sí, esa ha sido la cantinela que nos oíamos cada vez que preguntábamos a conocidos, amigos, profesionales, y a cualquiera que se nos cruzase en el camino, dónde podíamos encontrar tigres o cariocas, en esta nuestra comunidad.

Para este número, el trabajo ha sido duro, arduo y laborioso, incluso fatigoso, porque tras salir de safari en busca de tigres, nos hemos dado cuenta que están en más peligro de extinción que el de Bengala, allá por la selva.

Tras un pozal de cervezas en nuestro Moonlight de cabecera, montamos nuestra lista de deseos –wishlist lo llaman los modernos– y nos lanzamos a la calle, con un único objetivo, encontrar estas tapas clásicas, eso sí, caseras y a ser posible, recién hechas. Y queridos, menos mal que tenemos reservas y estamos bien alimentados, porque hemos visitado muchos locales y de muchos, nos hemos marchado sin mover la dentadura.

Nos encontramos locales que por su juventud no sabían de qué hablábamos y otros, más veteranos, nos añadían la cantinela de «eso pasó de moda». Pues bien, ya les decimos desde nuestro País de Nunca Jamás, que donde hay tigres, llevan sirviéndose la tira de años y los parroquianos vuelven a por ellos y vuelven y vuelven y vuelven a comer… Así que tan mala inversión no será ¿no?

Después de nuestro escabroso periplo, aquí os dejamos nuestro top seis. Son poquicos, pero valientes. Id a visitarlos, porque no sólo no defraudan, están fetén…

Hermosote

Allá por el barrio de las Delicias, puedes encontrar este local, La Ultramarina –Roger de Flor, 1. 615 336 014. Zaragoza– donde gastan buen general y le dan de bien a la tapa casera. El tigre casero que preparan es gordo, hermosote y empanado con panko, para darle un extra de crujiente al asunto.

¿Picante?

¿Picante sí o picante no? Ambos dos estamos de acuerdo en que un buen tigre necesita un poquico de alegría. No hace falta llegar a rugir, pero ese puntito picantón, nos mola mogollón. Y eso encontramos en el tigre de Tragantúa –Pl. Santa Marta, s/n. Zaragoza. 976 299 174–, un relleno abundante, a tope de sabor, buena fritura y con ese picante que te alegra la vida.

Turolense

En esta ocasión hicimos llamamiento a todo aquel que nos quisiera chivar locales de Huesca y Teruel. Las recomendaciones provenientes de Huesca nunca llegaron, pero de Teruel capital y provincia, nos llegaron unas cuantas que tras visitar, decidimos quedarnos con esta. Tremendo carioca recién fritico al momento, con relleno sabrosón con bien de mejillón, pimientico y picante.
Gracias Emiliano Urzay por el chivatazo; gracias a él tenemos experiencia en que el tigre se reproduzca y vuelvan a llenarse las barras de tigrecitos. Es La Real Cervezas –Avda. Ruiz Jarabo, 7. Teruel. 978 225 591–.

Entre otras muchas tapas

El local es de los muy veteranos, pero bajo la dirección de Vanesa, lleva apenas tres años y medio. Se trata de La Casa de Castilla y León –Heroísmo, 3. Zaragoza. 976 290 092–. Lo primero que impresiona al entrar, es su enorme barra llena de tapas de todo pelaje y sin complejos. Vas mirando, vas mirando y allí están nuestros tigres, gordotes, bien friticos y rellenos de mejillón troceadete, lo cual que se agradece mucho –alguno nos hemos calzado relleno de palito de ¿cangrejo?, que obviamente no está en esta lista–. Lo dicho un local con rasmia y muy amante de la cocina casera.

El clásico

Un clásico y referente en Zaragoza. Para entrar, en la Alta taberna Pedro Saputo –Antonio Agustín, 19. Zaragoza. 976 293 144– sigues necesitando un ángel custodio, espada flamígera en ristre, que te permita llegar a la barra. Allí te esperan unos cuantos tigres en posición fetal esperando freidora, listos para redescubrir, porque este establecimiento sigue siendo una taberna de referencia. Muy cremosos, gran sabor y bien fritos. Magníficos. Sublimes. Gloriosos.

Dominical

Si lo que queréis es disfrutar de su tapeo, tendréis que acercaros un domingo, pues entre semana no trabajan la tapa y el sábado es su día de fiesta –olé, ahí–, pero merece muy mucho la pena, darse un garbeo por el lugar. Se trata del Bar Alborán –Avda. Salvador Allende, 25. Zaragoza. 976 511 045–. Allí te esperará Manolo mudado y vestido para la ocasión y si le quedan cariocas, sabrás por qué llevan 32 años haciéndolos ininterrumpidamente. Buena presencia, muy cremosos, lo justo de picantito y un rebozado más crujiente, hacen de esta tapa, merecedora de una peregrinación con devoción. Un gran aplauso. ¡Bravo!

La duda final

Y esto es lo que dio de sí el silencio de los tigres. Seis han sido, seis los destinados a la gloria de ser incluidos en este listado. Tremendísimamente orgullosos de ellos estamos, pues han sido muy peleados. Disfrútenlos a discreción y sin miramientos, sean salvajes de corazón y muerdan con mandíbulas felinas.
Y otra cosita, ¿Alguien nos puede aclarar porque se llaman de las dos maneras? Es para un amigo ¿eh?

[Los lectores pueden encontrar la receta en el número 48  de GASTRO ARAGÓN, octubre de 2015]

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