El lema se vio continuamente en la pantalla. Eso sí, Ángel León, cpn la ponencia anterior, convocó a mucho más publico. FOTO: Cortesía Madrid Fusión.
Muchas y variadas opiniones le han llegado a este tapao de la última edición de Madrid Fusión, ya calificada por algunos −al menos el editor de este blog que tan amablemente nos acoge, al menos de momento− como Madrid Confusión.
Aragón era, por primera vez en 18 años, patrocinador principal, a través de Comparte el secreto, Alimentos de Aragón, página que, por cierto, ya se puede consultar los días de fiesta. Asi que quizá estas líneas sirvan para algo, ya que lo denunciamos hace exactamente tres semanas.
Patrocinador principal, pues, lo que sirvió para que el logo y el vídeo se pudieran ver durante una de las ponencias estrella, dedicada a la inteligencia artificial, cuestionada con cierta ironía por el cocinero Andoni Luis Aduriz.
Más allá de lo que allá se dijo, poco relacionado con la situación de nuestra gastronomía y alimentación, que se resumen en utilizar potentes bases de datos a la hora de diseñar nuevas recetas, hizo falta inteligencia artificial para que el logo aragonés se viera en la gran pantalla de forma conveniente: un propio, escondido tras el cartelón −un roll-up que dicen ahora− lo desplazó desde un lateral hasta la espalda del ponente, como si tuviera vida propia.
[Paréntesis con corchetes. Esto escribió el periodista especializado Carlos G. Cano, vinculado a Graus, en su twiter: «En la ponencia de IBM sobre inteligencia artificial en Madrid Fusión no muestran la presentación porque alguien no recuerda una contraseña… y nos cuentan obviedades sobre tendencias de consumo. De momento, me quedo con la inteligencia natural (aunque a veces escasee)»]
Eso sí, previamente cierta indignación corría en los representantes de nuestros alimentos: los dos periódicos más importantes de nuestra comunidad había preferido publicar la información sobre la presentación del Club Inclucina, fotos incluidas, antes que la inauguración del expotrailer aragonés, con la presencia del consejero Joaquín Olona. El poderío mediático de Daviz Muñoz y Tamara Falcó se impuso al del consejero, aunque en dicha foto se colocó, astutamente, Elena Allué, que sí salió en los medios aragoneses.
La foto de la discordia que se publicó en los medios aragoneses. FOTO: Cortesía Gardeniers.
La información oficial cifra en 500 los asistentes a los 22 actos preparados en el moderno y versátil camión aragonés, donde dicen que se comía muy bien y en clave local gracias al oficio combinado del eruidto José María Pisa y el cocinero Rubén Martín, que ya no trabaja en Casa y Tinelo, aunque así lo afirme su facebook, sino que pronto cocinará en la zaragozana calle san Gil o don Jaime, como ustedes prefieran.
No parecen muchos ante los 15 000 visitantes al congreso −que cada vez se parece más a una feria−, aunque ciertamente tampoco el aforo del expotrailer da para más. Algunos se quejaban de que, al contrario de los estands de otras comunidades, más convencionales, en el de Aragón no se pudieran degustar productos, mientras que otros, más perspicaces o informados, recelaban de la estrecha conexión entre todos los que ofrecieron charlas y presentaciones en el recinto aragonés. Lo cierto es que alguna de ellas, como la presentación del primer panel mundial y oficial de cata de trufa negra, auspiciado por el CITA, merecía, al menos, el espacio polivalente, en el centro del recinto. Bien es cierto, que el propio centro tampoco ha difundido su presencia en este congreso.
No corren buenos tiempos para los establecimientos hosteleros, a tenor de lo que se va viendo, oyendo y leyendo por ahí fuera.
Las estufas en las terrazas, esas que permiten a los empedernidos fumadores disfrutar de su humo, parecen tener los días contados, al menos en Francia: contaminan demasiado.
Además, la prevista ley sobre bebidas azucaradas incrementará los impuestos sobre ellas, lo que sin duda repercutirá en el precio que tendrá que pagar el cliente, con el consiguiente descenso del consumo, que es lo que pretende la ley; o eso dicen.
Aunque su territorio no resulta especialmente productivo para la trufa, la DOP Calatayud se está asociando mucho últimamente con el tesoro negro. Además de patrocinar la ruta Descubre la trufa en Zaragoza y provincia, fue el vino elegido para la primera escapada fuera de su territorio del Mercado de la trufa fresca de Graus. En la Casa de Aragón en Madrid fue el vino con el que se maridaron ayer los platos trufados, en una de las escasísimas ocasiones en que productos oscenses viajan sin la colaboración de la DOP Somontano.
¿Un cambio de ciclo o una simple coincidencia?