Subtitulado Tras las huellas de la evolución de nuestros alimentos, este divertido ensayo, sí divertido, parte de diferentes anécdotas sobre verduras, hierbas, carnes, quesos y otros alimentos, para reflejar cómo y por qué han evolucionado. A causa de la selección natural –Darwin dixit–, pero también por la acción del hombre desde hace mucho tiempo.
Con el rigor de un científico, es profesor de Ecología evolutiva, y la amenidad de un buen divulgador, a partir de una inusual cena, la obra describe la historia y las características de lo que comemos habitualmente, explicando con claridad cuáles han sido las diferentes opciones a lo largo de la historia.
Descubrimos cómo el marisco, el pan, la sopa, el queso, el vino y la cerveza, los postres, etc. han llegado a nuestras vidas, despertando en muchas ocasiones la sonrisa: «la coliflor no es más que una col con educación universitaria», escribe citando a Mark Twain.
Imprescindible para aquellos que consideran la gastronomía algo más que la simple y placentera ingesta, se acerca también a cómo hemos ido configurando nuestros sentidos. Baste decir que se siente cuando acaba, que el lector se queda con hambre.
Cenando con Darwin. Jonathan Silvertown. Traducción de María Carmen Román de la Peña. Crítica. Barcelona, 2018. 286 páginas. 18,90 euros. ebook, 12,99 euros.