Curiosa manera de presentar la milanesa. FOTO: Gabi Orte Chilindrón.
Con una inusual propuesta de cocina italiana, ha reabierto estos días Gonzo Bitter Bar –Pl. de los Sitios, 9. Zaragoza. 672 722 332–, que se suma a sus hermanos Giner Fizz y Garbo. Por más que la propiedad afirme que se trata de un bar que da también comida, lo cierto es que su cocina italiana al modo de los más populares pastificios basta por sí sola para recomendar una reposada visita.
Con numerosos productos importados desde allí, como los tomates de san Marzano o el pecorino, recuperan las esencias de muchos platos habituales en Italia, servidos de forma informal en raciones generosas, para compartir. Agradables sorpresas como las Flores de calabacín rellenas, conviven con el Vitello tonnato o las focaccias romanas. La pasta, de Campania y grano duro, viene en su punto, al dente, con variedad de formas y salsas clásicas, amatricina, vongole y una carbonara –¡al fin sin nata!– que sobresale entre las ofertadas en la ciudad. La carne se restringe a tres opciones de cotelette, bien elaboradas, mientras que los postres, de corte casero, nos reconcilian con la dulcería italiana.
Cuando afinen su oferta de vino, seremos capaces incluso de olvidarnos de sus cócteles y copas.