La hostelería, el turismo y el ocio de Aragón exigen soluciones
Se acabó. La hostelería, el turismo y el ocio de Aragón se han cansado. Ya vale. Son nueve meses de fracaso en la gestión sanitaria de la pandemia sin que nadie asuma su responsabilidad, ni económica ni política. Nueves meses de medidas restrictivas en este sector. Siendo juguete de este Gobierno. Nos han cerrado sin contraprestaciones, sin justificaciones científicas; sin ofrecer datos fiables; sin evidencias de contagios en el sector. O no se enteran o no se quieren enterar. Están arruinando un sector en el que hay 40 000 familias esperando. Y miles más que forman parte de la cadena de valor de la hostelería: agricultores, proveedores, bodegas, agencias de viajes, empresas de eventos… Sumen y sigan. La cascada es ilimitada.
De nuevo estamos todos aquí, en bloque, para exigir soluciones. O cambian las políticas o deberán cambiar los políticos. Y además lo hacemos desde el único lugar en el que ahora mismo podemos trabajar, pasando frío en una terraza; como hacen nuestros clientes, a los que queremos dar las gracias por su apoyo y confianza. Nuestro aplauso es para ellos. Como lo es para los sanitarios, quienes también han tenido que luchar contra la errática gestión de la administración en multitud de ocasiones. Y nos acordamos de ellos porque queremos que quede claro que siempre hemos entendido el difícil equilibrio entre la salud pública, el impulso de las actividades económicas y la recuperación de la actividad social. Que nadie se confunda ni se atreva a tacharnos de lo que no somos. Estamos con la salud y estamos con los aragoneses; como ellos y ellas están con nosotros. Precisamente por eso creemos que cerrar nuestros establecimientos, espacios seguros en los que se cumplen estrictamente las medidas de higiene y seguridad, ha supuesto fomentar la celebración de reuniones y fiestas privadas sin ningún tipo de control que, sin duda, no han ayudado a frenar los contagios.
Pero la administración pública sigue haciendo oídos sordos. La Consejería de Sanidad nunca nos ha escuchado. La única reunión que hemos mantenido en nueve meses fue un auténtico desastre. Yo mando y tú escuchas. Nunca se han mostrado abiertos a dialogar. Ni siquiera a escucharnos. En ningún momento han parecido dispuestos a rectificar las políticas de cierre y medidas restrictivas, ni a ofrecer medidas alternativas que permitieran controlar la pandemia sin destruir este sector. Estamos convencidos de que lograr ese equilibrio es posible, pero hacen falta voluntad y actitud. Además de humildad para admitir errores. Algo que no arregla nuestros problemas, pero consuela.
La hostelería, el turismo y el ocio de Aragón no se van a callar. Volveremos a salir a la calle el domingo 13 de diciembre. Y volveremos a hacerlo con más fuerza. Llamamos al resto de organizaciones empresariales y sindicales a sumarse, así como a toda la ciudadanía que quiera apoyar a este sector. Si este sector se cae, se nos va una parte importante de nuestra cultura. De nuestros recuerdos. Porque somos el sector de la felicidad; esa que hemos perdido desde hace meses por esta pandemia y por esta gestión.
Exigimos soluciones a los responsables que están al cargo de esta gestión sanitaria en Aragón. O cambian el rumbo de la política o habrá que cambiar a los políticos y pedir relevos de los responsables que están al cargo de esta gestión sanitaria en Aragón. Desde el sector hemos propuesto, y volvemos a hacerlo, medidas y propuestas concretas. Pero si no buscan soluciones, de forma abierta y sincera, no merecen estar al frente de un área tan importante. Hostelería, turismo y ocio son compatibles con la salud pública. Hay ejemplos en otras comunidades. Nos da igual el color. Solo queremos trabajar. Dialogando y buscando soluciones. No más ruina. O cambian las políticas o deben cambiar los políticos.
Serenidad, ánimo y fuerza desde este sector de la felicidad que componen los empresarios y profesionales de la hostelería, el turismo y el ocio y que siempre ha estado, está y estará con los aragoneses. No al cierre. Hay soluciones. Solo hace falta que nos escuchen. Solo queremos trabajar.