Sexta edición del programa del emprendimiento del IAF
El Programa de Emprendimiento e Innovación Agroalimentaria de Aragón, organizado por el Instituto Aragonés de Fomento, en colaboración con la Dirección General de Innovación y Promoción Agroalimentaria, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA), la Asociación de Industrias Agroalimentarias (AIAA), SODIAR, Caja Rural de Aragón y Caja Rural de Teruel, celebró su sexta edición, el pasado año 2020, de forma online debido a la pandemia del coronavirus.
Un año muy diferente pero que no ha impedido que del talento aragonés nazcan estos once proyectos de emprendimiento agroalimentario.
Huertos Aliaga
El alquiler de parcelas para el cultivo dentro de la ciudad. Este es el proyecto de José Ángel Díez, socio fundador de Huertos Aliaga, una iniciativa que surge de la necesidad de la búsqueda del autoempleo pero que ya llevaba rumiando desde hacía algunos años: «supone una reflexión de cambiar la forma de vida, sientes que ha llegado el momento de hacer algo diferente».
Los huertos se ubican en una finca familiar, La Venta del Olivar, en la antigua casa de sus abuelos que sí se dedicaban a la agricultura, y que está justo detrás de La Torre Outlet. Tiene previsto ubicar allí las parcelas en alquiler, sus huertos virtuales y realizar actividades como el apadrinamiento de parcelas y visitas escolares, que se complementan con la granja escuela de su socio y primo, Bernardo Aliaga, que está muy próximo a la finca.
«El programa de emprendimiento me ha ayudado a tener una visión más realista. Sí, es complicado. Pero también es una oportunidad para lanzarme y tener un proyecto propio. Ha sido muy productivo».
Cordero y cabrito de Teruel
La familia de Marta Martín, ganadera y socia fundadora de Cordero y Cabrito de Teruel junto a Óscar Paz, se ha dedicado a la ganadería toda la vida, una labor a la que se ha reenganchado este año y que le permite quedarse en el pueblo, Torralba de los Sisones.
El objetivo de su proyecto es crear una nueva oportunidad de negocio gracias a la elaboración de platos preparados de carne de cabrito y de cordero, de forma que su oferta se adapte mejor a las demandas del mercado: «El consumo de estas carnes se ha perdido mucho. La hacían sobre todo las abuelas y en un ambiente festivo. Además, ahora se cocina menos».
La receta del cordero es asado con verduras y hortalizas de temporada como guarnición, mientras que la del cabrito es la receta tradicional de la zona de Teruel, cocinada con mucho ajo, aceite y hecho poco a poco.
«En todas las sesiones del curso con expertos siempre aprendes cosas que no sabías, también junto a los compañeros. Estoy muy contenta. Lleva tiempo pero aprendes los pasos para poner en marcha tu negocio».
Champiñones Los Sabrosos
Este proyecto consiste en el cultivo, elaboración y envasado al vacío de diferentes recetas de champiñón. «La principal necesidad que cubre es en la hostelería, sobre todo en aquellos bares que no tienen cocina o para disponer de forma rápida y sencilla una guarnición de calidad. El mismo día que lo recogemos, lo cocinamos y envasamos», explica Sergio López, socio de Setas y Hongos de la Huerta de Zaragoza sobre su proyecto Champiñones Los Sabrosos, en el que también son claves José Luis López y Javier Modrego.
Se encuentran realizando trámites administrativos pero sus recetas de champiñón al ajillo, con jamón, en aceite trufado, picante y en brocheta con panceta y jamón ya comienzan a llamar la atención. Uno de ellos, el champiñón en aceite trufado, elaborado con trufa de Ayerbe, ya tiene restaurantes interesados en Francia.
«Han sido muchos los aspectos positivos, pero sobre todo el tema de la financiación y el estudio de la viabilidad del proyecto. Es importante saber hablar de números con inversores. También la oportunidad de sinergias con los compañeros».
Inspira Street Food
Isabel Navarro, propietaria de Inspira Street Food, fue dando forma a su proyecto, que en origen era una tienda gourmet, hasta convertirse en una caravana de comida saludable en la que el producto local, de temporada y la filosofía slow food son sus referencias junto al vegetarianismo. Además su iniciativa tiene más atractivos: es móvil y al aire libre. En el futuro plantea realizar talleres de comida saludable y asesoramiento a personas que quieran cambiar su dieta hacía la vegetariana.
Actualmente está ubicada en una finca particular en el Matarraña, en Valderrobres, pero a partir del mes de mayo «comenzaremos a movernos por todo Aragón con la intención un poco de educar a las personas en una alimentación más sustentable, sostenible, saludable y ecológica». A través de sus redes se podrá seguir su viaje para poder visitarla.
«Me ha ayudado mucho a tomar fuerza y confianza en mi proyecto, así como a hacer números y ver la viabilidad. Siempre he sido muy emprendedora pero dejaba los números un poco más apartados».
Refrescos ecológicos
La corriente realfooding, que sostiene que cuanto más natural es un producto más saludable es, ha inspirado a Pilar Clemente, impulsora de Refrescos Artesanos y Ecológicos y cofundadora de la distribuidora Gourmet ZGZ junto a Héctor Sanz. Su idea se centra en la necesidad de darle al consumidor una alternativa saludable al refresco tradicional. Ligeramente espumosos con sabor a fruta o vegetales, ecológicos, veganos, con menos azúcares, sin gluten ni lactosa y elaborados con materias primas de calidad y locales. Su gama nace de la investigación exhaustiva entre los gustos de los consumidores y los sabores que buscan los hosteleros, incluido el campo de la coctelería. Algunos de ellos son Lima y jengibre, Melocotón de la tierra, cúrcuma y agua natural de manantial aragonés o Jengibre, miel, especias y agua natural del manantial aragonés.
«Nos ha ayudado en todos los aspectos. Tener mentores que trabajan en el sector agroalimentario y compañeros con las mismas inquietudes nos ha permitido hacer un plan de negocio más completo».
Pistachos Andoval
El cultivo del pistacho se ha incrementado en los últimos años como alternativa a los cultivos tradicionales no solo en Aragón, sino a nivel nacional. Sin embargo, son pocas las plantas de procesado que existen en nuestro país. Jaime Valero, promotor de Pistachos Andoval está construyendo la primera planta en nuestra comunidad en la localidad turolense de Andorra junto a su hermano Marcos Valero. «El pistacho, una vez que se recolecta, en las primeras 24 horas se tiene que procesar y secar. Hasta ahora ha habido poca producción pero en los próximos dos o tres años van entrar en producción mucha superficie ya cultivada y las plantas más cercanas son las de Ciudad Real y Castilla-La Mancha». Su previsión es que la nave esté acabada a finales de mayo o principios de junio y que en septiembre esté todo a punto para procesar la primera campaña.
«El curso me ha aportado muchos puntos de vista de gente profesional. Son muchos años y muchas disciplinas distintas. Escuchar voces, consejos y maneras de pensar siempre enriquece».
Aceite Alto La Ronda
Javier Esteban es el propietario de Aceite Alto La Ronda y su marca Aiosa, un aceite de oliva virgen extra de recolección temprana cultivado en Alloza y que es muy afrutado, con un punto de picante y amargor muy característico: «Se trata de pequeñas parcelas que amigos y familiares me han cedido confiando en mi proyecto y que trabajo con agricultura regenerativa, como el uso del compost o cubiertas vegetales. Es muy importante el bienestar del suelo y que los árboles estén lo mejor posible».
Unas características que demanda el sector de la gastronomía europea y que Javier conoce bien por sus años de trabajo en el olivar italiano. «La zona del bajo Aragón tiene un gran potencial y lo tuve muy claro, volver al pueblo y trabajar estos campos». Se encuentra embotellando su serie gourmet y su aceite de mesa ya ha agotado existencias.
«El programa de emprendimiento te ayuda a aterrizar y hace más viable tu proyecto, hacerlo un poco más real y plasmar la idea. Los expertos aportan información que ayuda a despejar tus dudas».
Reino de las abejas
«En la naturaleza no hay crisis, es todo una oportunidad». Esta es la filosofía que impulsa a Miguel Ángel Acín, apicultor y propietario del Reino de las Abejas, a seguir con su proyecto centrado en salvar a las abejas, de las que se enamoró en un taller de empleo de Atades, y dinamizar el territorio de la Jacetania. «Hay muchas mieles en Aragón pero nosotros en la comarca no teníamos una propia. Viene mucha gente a hacer la trashumancia, ¿por qué no aprovechamos ese tesoro nosotros?». Dentro de su iniciativa no solo se encuentra la elaboración de todo tipo de productos derivados de las abejas como miel, jalea real, hidromiel, velas, etc., sino también concienciar a la población sobre la situación de riesgo en la que viven estos insectos a través del apadrinamiento de colmenas.
«Me ha ayudado a tener un poco más claros mis objetivos y lo que quiero hacer. Ha sido una guía y una seguridad. Saber que tienes unas personas que te apoyan y te ayudan es bastante importante».
Licor de guindas del valle del Manubles
Si algo tiene de especial el Valle del Manubles es la altura de sus terrenos, que confiere unas cualidades especiales a sus frutas, y el carácter cooperativo de sus gentes, incansables a la hora de recuperar cultivos y elaboraciones tradicionales. Así nace Azofra, un licor de guindas recolectadas en este valle y que ha sido posible gracias a Alba Moreno, desarrolladora del proyecto, junto con el PDR-Aragón, SAT Manubles, UAGA-COAG, Sec-Ma SL y vecinos que se han implicado, recopilando recetas antiguas de cada uno de los pueblos y recolectando guindas. La Asociación de productores del Valle del Río Manubles es la que elabora actualmente el licor. Se consiguieron 100 botellas, que en los primeros dos días se habían vendido en su totalidad, y cuya recaudación se destinó en parte a la plantación de más guindos. Hasta septiembre no será posible conseguir este licor único.
«La visión económica del curso fue muy importante. Te dan herramientas y te van marcando unas directrices para poner en marcha tu empresa».
La mar de sabor
El tomate seco de Caspe es uno de los productos más tradicionales de la gastronomía aragonesa. Sin embargo, no es fácil encontrarlo de venta al público sino que se elabora de forma particular en los hogares. Ramón Monroy, gerente de La Mar de Sabor, lo elaboraba habitualmente en su restaurante y decidió aprovechar esa experiencia para poner este producto en el mercado. «Utilizamos el producto de agricultores de la zona ya que queremos ponerlo en valor y después se deshidrata, una labor que antiguamente se hacía en cañizos al sol. Lo comercializamos así y también en polvo de tomate: uno es ahumado, otro con orégano y el tercero con ras al hanut, una mezcla de especias con origen árabe, y estamos trabajando en uno picante». Ya disponen de puntos de venta en Barcelona, Tarragona y Zaragoza, mientras que el canal Horeca se encuentra en auge.
«Ha sido una buena experiencia. Nos ha ayudado a tomar decisiones más sensatas a la hora de poner en marcha el negocio y nos ha dado el empujón final».
Huerta km. 0 en Jaca
José Antonio Cebollero es ganadero y buscaba una actividad complementaria a esta labor cuando comenzó a trabajar en su proyecto de horticultura de proximidad en el entorno de Jaca. Entre los productos que cultiva están los tomates y las judías los cuales «tienen un sabor especial, particular de huerta».
Actualmente se encuentra desarrollando todavía más su idea de negocio para dar a sus clientes productos únicos y más diferenciados, tanto dirigido a particulares como a restaurantes.
«El programa de emprendimiento te hace plantearte preguntas en las que quizá no has pensado y te ayuda a tener perspectiva. Estoy muy contento de haberlo hecho».