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La SEMANA de retorno de EL TAPAO

El Tapao

Promete este tapao ser más formal –quiérese decir puntual y regular– en estas entregas semanales. No obstante, como buen zaragozano de adopción, las vacaciones de verano no terminan hasta pasado el Pilar, o la semana cultural correspondiente. Con lo que la ausencia no ha sido para tanto. Que uno tiene una vida más allá de los saraos y cotilleos.

 

Parece que los textos de este tapao sirven para algo. Publicóse en la edición impresa la inusual campaña publicitaria del Comité Aragonés de Agricultura ecológica, con el erróneo y equívovo lema Si no los ves, Eco no es. Parece que la van a modificar. A ver.

 

 

Un año más, la presencia aragonesa en el Salón Gourmets provoca toda suerte de comentarios. Quizá el mejor, por la ironía que desprende, sea el de José Manuel Segura en su Facebook, donde se muestra dispuesto a sortear una enorme cesta de productos a quien encuentre el estand del Gobierno de Aragón. ¡Bien sabe que se la ahorra! No hay.
Mientras tanto, el tráiler del departamento, que ha sido sede de los estands gubernativos en otras ferias, se mantiene aparcado en la estación de autobuses de Delicias, por donde pasan más de 34,5 millones de personas al año y «hace las veces de valla publicitaria».

 

 

Cuando a uno le cuentan que las notas de prensa que se emiten en nombre de la Asociación de Hoteles de Zaragoza provienen de una empresa de Barcelona le entran ganas de no volver a turistear por su provincia. ¿No hay agencias de comunicación en esta tierra capaces de trabajar para ellos?
Tristemente, mientras se nos anima a consumir lo de casa, y aquí, quienes debieran dar ejemplo ofrecen trabajo a empresas foráneas, que no pagan sus impuestos aquí.

 

 

Es lo que tiene comer. Con motivo del fallecimiento del canónigo  Luis Antonio Gracia, Emilio Lacambra recuerda en su facebook, cómo, allá por los años 90, desbloqueó la prohibición de que los turistas visitaran la Seo en fines de semana. Ni el Gobierno de Aragón, ni el Ayuntamiento de Zaragoza, estaban por la labor de negociar –por más la restauración nos costó a los aragoneses 400 millones de pesetas de las de entonces–, con lo que Lacambra, entonces presidente de Horeca, gracias a sus sesos, madejas, paticas, cabecica asada, etc., logró que se resolviera en apenas dos semanas.

También nos han dejado, de forma callada, dos personas relacionadas con el objeto de estas páginas. El fotógrafo José Antonio Melendo, del barrio de Torrero, que retrató un buen número de platos y tapas. E Isabel Pérez Grasa, concejala en el primer ayuntamiento democrático de Zaragoza, por el Partido del Trabajo, que asentó los cimientos de las fiestas del Pilar tal y como hoy las conocemos.
También mucho nos deleitó Falsarius Chef, que tuvo en su momento gran predicamento en las redes −especialmente sus recetas a partir de latas−, y aunque ya no esté con nosotros nos deja sus aportaciones en la red y un buen número de libros, entre ellos el que nos lo descubrió, imprescindible en cualquier biblioteca gastronómica que se precie, Cocina para impostores, ya por su novena edición. Desmitificador, amante de las latas, tras el seudónimo se escondía Nacho Moreno, guionista de Goomer entre otros personajes.

 

La revista Sobremesa, que sigue celebrando sus primeros 400 números, dice que «hay cosas que nos acompañan siempre. Que nunca fallan. Que son fiables, infalibles y que se convierten en aliados perfectos para disfrutar del siempre incierto y maravilloso discurrir de la vida. Como estos vinos o esta sidra que presentamos. Descorches selectos que siempre proyectan seguridad, largura, profundidad y verdad en boca, y que denotan el buen hacer de la intervención humana en comunión con los ciclos naturales, el paisaje y las cepas». Uno de ellos es el Enate rosado.

 

¿Jefe o subalterna?

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