Son solo tres de las cuatro, pero al fin se han unido las diferentes asociaciones truferas aragonesas para constituir una federación y lanzar la marca Trufa Negra d’Aragón. Todo un éxito que ha tardado bastante tiempo en llegar y que no veremos en las trufas hasta la temporada que viene, a partir del 15 de noviembre de 2022, pues hay que desarrollar el preceptivo reglamento.
Para la presentación se anunció la presencia del consejero Aliaga, por lo que el otro afectado Olona se buscó otro afán –¿Estamos ya en campaña? ¿No pueden coincidir dos jefes de partidos diferentes?– y la representación institucional recayó en la infatigable Carmen Urbano, que no se pierde una, y en el oscense Roque Vicente. Quizá para compensar que nadie venía de Teruel, de donde es la asociación faltante, apareció por allí el vicepresidente de las Cortes, el ciudadano Ramiro Vicente, que es de la provincia.
Para ese día ya se había anunciado la obligatoriedad del pasaporte covid en eventos hosteleros –era en un hotel–, pero nadie lo pidió, a pesar de los minis de jamón que amenizaron la espera y el post del evento. En casa del herrero…
Respondiendo a la pregunta del párrafo anterior. Sí pueden coincidir dos jefes, aunque no les hiciera mucha gracia –lo disimulaban, ciertamente, pues abandonaron su mesa casi los últimos–. Lo hicieron el ya citado Olona y Maru Díaz, la consejera de la que depende el CITA.
Era la exclusiva presentación de la cerveza Ambiciosa Trufera, en el no menos exclusivo restaurante Gente Rara, que cumplió para el cometido, a pesar de la complicación logística. Pocos eran los invitados, muchos los rechazados, pero finalmente sobró un sitio, según le contaron a este tapao, que fue ocupado por alguien relacionado con la casa, para no quedar mal. La cerveza, por cierto, magnífica. Gracias Antonio Fumanal.
No ha sido muy bien recibida en el sector hostelero, especialmente el altoaragonés, la nueva directora general de Turismo, Gloria Pérez, que todavía no goza de fluido discurso al hablar en público. Parece ser que los profesionales se habían acostumbrado al trato con Elena Allué, con más trayectoria en el sector, y ya la echan de menos.
Aunque suene a excusa de mal pagador, que quizá lo sea, estas semanas han sido una auténtica vorágine, con incluso tres o cuatro eventos en un mismo día, de forma que este tapao ha debido multiplicarse. Lo cierto es que muchos de ellos sobran, o están mal diseñados.
¿Es necesario convocar a los medios para presentar una campaña de publicidad? Si hasta Freixenet ya no lo hace. Ya veremos los anuncios, que es de lo que se trata. O quizá de ponerse medallas, vaya usted a saber.
¿Y esos eventos-presentaciones en los que se entremezcla a los periodistas con los invitados? Imposible preguntar, pues no está previsto. Así solo van a lograr que los medios no se molesten en acudir.
Mientras El Periódico de Aragón amplía las páginas que dedica a la gastronomía, pronto veremos cambios de formas, y quizá de orientación, en las de Heraldo de Aragón. Por cierto, que fuese –bien que obligado por la propiedad– Javier García Antón y desaparecieran las cocinitas del Diario del AltoAragón. Una pena.
