Los artesanos agroalimentarios aragoneses innovan continuamente
No somos muy dados en esta tierra a exaltar las virtudes, que las tenemos. Como se puede apreciar en los nuevos productos que llegan a los anaqueles de las tiendas especializadas –suelen ser de limitada producción– explorando otras posibilidades gastronómicas de alimentos ya conocidos.
Desde Caspe y con un cuidado diseño, La Mar de Sabor se ha adentrado en las posibilidades del tomate seco de Caspe, mucho más alla de limitarse a presentarlo desecado como manda la tradición.
Primero fue comercializar dicho tomate en polvo, simplemente molido, una vez deshidratado. Solo, ahumado, o en compañía de otras especias, sea orégano, sea la combinación magrebí conocida como ras el hanout.
El genial paso siguiente ha sido la creación de un paté, de cómoda elaboración. Es el mismo polvo de antes –en realidad una mezcla del normal y el ahumado, amén de orégano, azúcar, sal y ajo–, pero viene en bote de cristal que indica la cantidad de agua y buen aceite de oliva extra virgen que hay que añadir en el mismo. Tras un par de minutos de intenso agitado, el contenido se convierte en una crema, idónea para tostadas o guarnición en diferentes platos, salsas para pasta, etc.
Además de esta fórmula ofrecen otra, más potente, al mojo picón, con cayena y comino, para los amantes de emociones palatales más potentes.
Aceites aromatizados
Cada vez disponemos de más y mejores aceites de oliva virgen extra; tanto aquí, como en el resto de las comunidades. De ahí que algunos elaboradores, además de producir el zumo de la aceituna, den una vuelta de tuerca a sus productos.
Es el caso de 4.Oleum, que como los anteriores han pasado por los programas de emprendimiento agroalimentario del IAF. En Torrecilla de Alcañiz, a partir de la autóctona variedad empeltre, elaboran su aceite con mimo: recolección en verde, mediante vibración suave para no dañar al árbol, ni al fruto; en cajas de veinte kilos, con rápido transporte frigorífico a la almazara para su transformación en aceite, siempre en frío y por procedimientos mecánicos. Pero, además y ahí radica la innovación, el aceite ha sido ahumado con madera de roble de barricas de vino –de ahí su nombre, 4.Oleum ahumado Vini–, lo que le confiere un elegante toque. También lo hacen con madera de olivo, bajo la marca 4.Oleum Arboris. Intenso al paladar tras su color amarillo verdoso, aparece suave y envolvente en la boca.
Un aceite para consumir en crudo, aportando ese matiz ahumado a tostadas, ensaladas, pastas con elaboraciones sencillas, verduras, pescados y en general cualquier plato a la brasa.
Más tiempo recorrido llevan los aceites aromatizados de Ecostean, varios de ellos creados en colaboración con reputados cocineros oscenses, ya que producen en Costean, al lado del Barbastro, siempre a partir de variedades locales. El último es el denominado Trufeta, que evoca la trufa, pero sin esos molestos aromas procedentes de la industria química. Muy interesante para combinar en platos trufados, tanto ahora, en temporada, como cuando la trufa ya no está.
No es el único que elaboran, pues disponen de una amplia gama de aceites condimentados, desde ajo o albahaca, hasta cardamomo o chocolate, pasando por hinojo o naranja.