Algo bueno hemos sacado de Georgina Rodríguez –¿hará falta recordar por qué es famosa?–, gracias a esa serie Soy Georgina, que este tapao no verá por pereza… y porque no tiene Neflix.
El caso es que la secallona de Graus, que tanto le gusta a la chica, se ha puesto de moda. Se agota a través de internet, especialmente la de Aventín, que es la que sale en la serie, y protagoniza numerosos artículos tratando de explicar qué es este producto, desconocido fuera de Aragón y Cataluña, como este que publica El Español.
¿Habrá que casarse con famosos para promocionar nuestros alimentos?
A este paso, será como las obras del Pilar. La eterna construcción del futuro kiosco del paseo Sagasta no solamente ha encendido a los vecinos hosteleros –pregunten en el cercano Espumosos qué opinan al respecto–, sino también a numerosos viandantes que ven imposibilitada la labor que proclama el nombre de esta vía: el paseo.
La última es el corte de la circulación del tráfico rodado, en sentido hacia Torrero, desde el lunes, 21 de febrero, y hasta el jueves, debido a las obras de acometidas de luz y vertido de tan gigantesco kiosco.
Si cerró el cine es, en entre otras cosas, porque no íbamos, aunque ciertamente, al contrario que en Italia –véase el número anterior– las autoridades miraron para otro lado. Y lo que las películas no provocaron –una señora, cuando en otra vida este tapao proyectaba películas al aire libre, salió asustada pensando que los caballos de los indios destrozarían una pared de su casa sobre la que se veían las imágenes; para eso era blanca– lo ha conseguido el McDonald’s, cargarse el techo de Elíseos. ¡Menos mal que su cocina es ahora sostenible, como la de todas las cadenas atentas a las tendencias!
Al menos vamos a recuperar para la hostelería la antigua joyería Aladrén de la zaragozana calle Alfonso, con el aspecto que tenía en 1885.
Conste que no es el único local que ha tenido problemas relacionados con el sector. Una ampulosa franquicia de encurtidos también acabó mal con la propiedad… y con la policía investigando. Eso sí, en otra calle.
Buena idea exportar el mercado de la trufa de Graus, es decir Trufate, a Barcelona. Hay que ir a vender donde se encuentran los potenciales clientes.
Lo que no resulta tan buena idea es ilustrar la noticia con una foto de trufas… sucias, repletas de tierra.