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Los vinos de Bodegas Care alcanzan excelentes calificaciones en la cata del prestigioso crítico norteamericano James Suckling

James Suckling y su equipo que se compone de 5 personas altamente calificadas en materia de vinos, organizaron la cata anual en España, estos han calificado nuestros vinos con altas puntuaciones.

La práctica totalidad de los vinos de Bodegas Care han obtenido calificaciones de 90 puntos, destacando CareFinca Marimú, Care Garnacha Blanca Nativa y Care Cariñena Nativa con 91.

Care Cariñena Nativa – 100% uva cariñena. 8 meses de crianza barrica de roble. Vino de color rojo guinda, de aspecto limpio y brillante. En nariz muestra una intensidad media, con aromas limpios y potentes. Marcado carácter varietal donde se entremezclan los aromas a frutos negros con otros florales con matices tostados y especiados aportados por la crianza en madera. En boca tiene un ataque suave, amplio, largo en el paso y con un buen frescor.

Care Finca Marimú –100% Uva Cariñena de viñas viejas (más de 50 años) procedentes del viñedo Finca Marimú. Envejecido 12 meses en barrica de roble francés. Color granate brillante con ribete morado. Aromas a frutos negros, ciruelas y arándanos, así como especias negras, granos de café y tinta. En boca se muestra potente y equilibrado, con sabores a fruta madura, taninos presentes y una acidez excepcional por el largo envejecimiento. Postgusto largo y complejo, perfecto para tomar solo o maridado.

Care Garnacha Blanca Nativa – 100% garnacha blanca Permanece 2 meses en barrica de roble francés. Vino blanco brillante de color amarillo pajizo con reflejos acerados y verdosos, de aspecto cristalino. Aroma intenso con un amplio abanico de carácter floral, matices de hierbas aromáticas, cítricos y notas de frutas maduras y exóticas aportadas por su crianza que ofrecen equilibrio y complejidad. En boca se muestra lleno, perfumado y suave en su discurrir, graso, de vivacidad y estructura equilibradas, muy largo y elegante en el postgusto.

Sobre James Suckling
James Cameron Suckling nació el 29 de septiembre de 1958 en Los Ángeles, California. Estudió ciencias políticas y periodismo y pronto empezó a combinar pequeños trabajos en periódicos locales con la afición por el vino que su padre le fue inculcando progresivamente. En la actualidad, es mundialmente conocido como crítico de vinos y puros habanos gracias a una dilatadísima carrera.

Tras ser editor jefe y liderar el departamento europeo de la reputada publicación Wine Spectator, para la que empezó a trabajar cuando contaba con tan solo 800 subscriptores, en 2010 Suckling abandonó dicha empresa y Cigar Aficionado, otra de las célebres publicaciones para las que trabajaba, para centrarse en su propia página web: JamesSuckling.com. Pronto empezó, junto a un reducido grupo de colaboradores, a catar vinos de todo el mundo y a puntuarlos según su propio criterio, prestando especial atención a las regiones vitivinícolas que mejor conoce: Burdeos, Italia y Porto.

Gracias a la experiencia obtenida a partir de las más de 4000 botellas anuales que cataba para Wine Spectator, Suckling empezó a emplear la escala de los 100 puntos, con la que estaba ya perfectamente familiarizado, para su propio dominio. Según él, la boca es más importante que la nariz, “es donde puedo sentir, la fruta, los taninos, la acidez y el alcohol”. Así, otorga 15 puntos para el color, 25 puntos para el aroma, 25 para la estructura y 35 para la impresión global que el vino le genera. Únicamente escribe sobre vinos a los que otorga más de 90 puntos y reserva los deseados 100 para aquellos grandes vinos que combinan todas las virtudes imaginables en perfecta armonía. Admite, sin estupor, dejarse llevar por la persistencia del sabor en la boca, como elemento indisociable de la calidad de un vino, “el vino es como una persona, no hay dos iguales y deberíamos considerarlo como algo emocional, no como algo científico” y postula que el vino debe disfrutarse sin reservas y de manera popular, no como algo elitista que requiera de grandes conocimientos para su disfrute, “un buen vino debe emocionar, como un buen libro o un gran amor”.

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