Las altas temperaturas y la baja pluviometría han marcado este ciclo vegetativo, que comienza con la recogida de la uva merlot
La bodega espera vendimiar una uva de excelente calidad y una cantidad de kilos ligeramente superior en sus variedades blancas respecto a 2021
ENATE ha comenzado en la madrugada del miércoles, 10 de agosto, la que es su vendimia número 31, y lo hace en fechas tempranas a la media histórica de la bodega, con una semana de adelanto. La primera en ser vendimiada será la variedad merlot que, en años calurosos como este y en parcelas de poca producción, se adelanta a las variedades blancas, que tradicionalmente son las primeras en ser vendimiadas. Asimismo, la bodega prevé una gran calidad en las uvas, así como un ligero aumento en la cantidad de las variedades blancas.
Si algo ha marcado el ciclo vegetativo de la vid, este 2022, han sido las altas temperaturas y las escasas precipitaciones a lo largo de todas las estaciones. «Unas condiciones climatológicas favorables y propias del Somontano, pero que este año se han visto acrecentadas, registrando temperaturas récord en el mes de junio en las zonas más al sur del Somontano donde se superaron los 40ºC, y que ha supuesto el adelanto de la vendimia una semana respecto a las fechas habituales», explican desde el Departamento de Viticultura de ENATE.
Además, aunque el otoño fue bastante seco, el Somontano vivió precipitaciones suficientes para que la planta pudiera recuperarse tras la vendimia del 2021. Asimismo, la primera parte del invierno fue muy frío y seco, lo que resultó muy favorable para la inducción floral y el bajo riesgo de transmisión de enfermedades de madera durante las podas invernales. Por otro lado, la segunda parte del invierno vino marcada por temperaturas más suaves que favorecieron la brotación temprana del viñedo.
Fue al comienzo de la primavera cuando la meteorología puso en entredicho la campaña con una serie de heladas tardías a principios de abril con el viñedo ya en proceso de brotación. Sin embargo, «el buen hacer de los viticultores del Somontano con los viñedos situados en zonas altas de ladera y lejos del fondo de los valles consiguió que no sufrieran daños por heladas, no así en otras zonas vitivinícolas y de frutales de la provincia que fueron arrasadas», explican desde Viticultura.
La primera parte de la primavera fue lluviosa, terminando así el ciclo de sequía invernal y permitiendo a las vides un desarrollo óptimo antes de la floración y cuajado. Además, las temperaturas altas vividas desde final de marzo y abril aceleraron el crecimiento de las plantas, que experimentaron un desarrollo vegetativo excepcional como pocos años se recuerda. De este modo, la floración gozó de tiempo seco y ventoso, lo que favoreció el cuajado y la caída del capuchón florar sin ataque de hongos.
Las altas temperaturas llegaron pronto al Somontano, que en junio alcanzó cifras récord. De hecho, a finales de julio el acumulado de horas grado o integral térmica de Winkler ha sido un 25% mayor que el año 2021. «Nos podemos hacer una idea así de la cantidad de días de altas temperaturas que hemos acumulado», indican desde Viticultura. No obstante, el envero comenzó en torno a mediados de julio, en fechas habituales para el Somontano. En definitiva, el verano está resultando muy seco, con ausencia total de precipitaciones, siendo las parcelas de secano de las zonas con tierras más pobres las más perjudicadas, en las cuales se prevé una merma importante de la producción.
Pese a las anómalas condiciones climatológicas del ciclo, la bodega prevé una gran calidad en las uvas, que presenta un óptimo estado cualitativo para la vinificación, así como un ligero incremento en la cantidad de las variedades blancas, debido al aumento de la superficie de cultivo y a la incorporación de nuevos viticultores a la familia ENATE. Y aunque tradicionalmente la variedad chardonnay es la primera en ser vendimiada por esta bodega, este año tan caluroso ha propiciado un adelanto de la uva merlot de las parcelas de menor producción. «Es habitual que, en años de más temperatura como el vivido, la variedad merlot madure con más premura, adelantándose a las variedades blancas», explican desde Viticultura.
Esta vendimia se lleva a cabo por personal habitual de la bodega y a primeras horas del día, sobre las tres de la madrugada, para aprovechar las temperaturas más frescas. «De esta manera, se preservan los aromas varietales de la uva y se evita la oxidación del mosto durante el transporte, cuya duración siempre es menor a una hora», explican desde Viticultura. Además, se reduce la energía necesaria para enfriar el mosto antes del inicio de las fermentaciones, con el consiguiente impacto medioambiental positivo.
Tras estas primeras semanas, comenzará la segunda fase de vendimia, dirigida a recoger las variedades de la finca de Bachimaña, el viñedo de altura de ENATE a 700 metros, dirigidas a la elaboración de vinos tintos, crianzas y reservas, que necesitan una maduración más completa, con más grado alcohólico, donde poder expresar el alto valor de la zona del Somontano. La vendimia 2022 se prolongará durante todo el mes de septiembre.