Presumimos, fardamos, cacareamos y nos partimos el pecho en honor de san Jamón, pero en ésta ocasión nos inquietaba saber de locales donde nos lo cortaran a cuchillo, en el momento, con más o menos gracia, pero en el momento. No le dimos valor a la calidad de dicho jamón –serranos, de Teruel, ibéricos de varias bellotas, sin pezuña…–, solo al hecho de que nos lo cortaran a cuchillo.
Se encontraron, pero no se estila mucho el concepto, «el jamón encorre», «no hay tanta gente que lo pague», «con suerte acaba en croquetas», son algunos comentarios que la hostelería nos dice.
Lo que si es cierto es que donde apuestan por él, lo mantienen. Y es que –¿qué queréis?– un platico de jamón cortado in situ es mejor que un anillo de compromiso, es un sí para toda la vida –abstenerse aficionados a la mortadela–.
Os cuento. Fuimos a Casa Unai –Luis del Valle, 2. 50005 Zaragoza. 651 490 231– donde pillar sitio es un pelín complicado y donde su buen hacer en la cocina se lo saben en su barrio y en el extranjero. Unai es un hombre pausado, juega con todos los productos y simpatiza con todos sus clientes, es casi imposible que algo se descuadre y por supuesto el jamón es uno de sus atractivos. Lleva en el local desde 2014, relativamente poco para que esté en las oraciones de todos sus feligreses, por algo será.
Cambiamos de estilo, pero no de arte y llegamos a Las Vegas –Pº de la Independencia, 5. 50001 Zaragoza, 976 214 081–, donde sin complejos nos amplían la oferta a varias calidades todas aptas para comer allí o llevar a casa. Juan, uno de los cortadores, lo tiene claro, «esto es lo mejor que tenemos en España». Cafetería cosmopolita en pleno centro de la ciudad, nos cuida desde 1955 –salvo algún tiempo entre medio–, donde todavía se puede ver algún mobiliario original, pero lo mejor es la atención que despachan y la profesionalidad con que lo hacen. Besicos.
Decir Terraza Libertad –Libertad, 6-8. 50003 Zaragoza. 687 473 431– es decir fiesta, sol, sombra, noche, cosas ricas y jamón. En pleno Tubo la apuesta no puede ser más canalla, pero incluso los canallas tienen hambre. Y ahí está Cristian, un cortador con pedigrí, maestro de cortadores varios, que es foco de todos los flashes que por el recinto se encuentran. La Terraza es un solar abierto al buen rollo, lleno de música envolvente donde igual te comes unos caracoles que te tomas un cocktail. Actividad activada.
¿Decidme el sitio con la decoración más típica aragonesa? En efecto, El Fuelle –Mayor, 59. 50001 Zaragoza. 976 398 033–, donde sus paredes son historia, su libro de firmas, antología del buen comer ,y el local entero un deleite para los sentidos –¿cuánto hace que no te comes un melocotón con vino de postre?–. Pues eso. Santi, el nuevo propietario y cortador incansable, disfruta con lo que hace y con lo que ve, porque ver lleno el asador de maños y foráneos, pues gusta. Y otro platillo jamón, porque sus múltiples camareros así lo requieren.
Acercarte al Puerto de Santa María –Pº la Mina 5, 50001 Zaragoza, 976 238 716– no requiere más que un paseo y el acierto es de pleno. Juan Pablo y Pedro –el cortador– lo tenían claro, querían tener la gastronomía gaditana en Zaragoza. Lo consiguieron, muchas de las materias primas son traídas de allí, cuando por aquí el atún rojo apenas se conocía, ellos ya nos hacían saborear. Con el jamón, pues lo mismo, una apuesta decidida a tu paladar.
No sólo en los sitios de postureo te cortan jamón. En La Penúltima Drinks –Avda. Salvador Allende, 109. 50015 Zaragoza. 976 316 664– una cervecería con alegría en el Picarral, también tienen lo suyo. Es una taberna de barrio donde los parroquianos se enrocan en favor de unas Ambar, unas risas y muchas tontadas. Gritos no faltan –por algo es un bar futbolero– y Rafael –Falín– no calla ni bajo el agua… Pero su jamón seduce y amansa las fieras, tiene maña con el cuchillo y así va un pernil tras otro. Una cosa tienes que tener claro si vienes por aquí, el mozo es del Betis y mejor no mentar a la bestia; por lo demás todo alboroto y tú la llevas…
Decir La Bodega del General –Catania, 5. 50006 Zaragoza. 976 351 651– es decir mucho. Llevan más menos 43 años trabajando para nosotros con la misma filosofía que cuando empezaron, producto, producto y producto. Felipe descubrió la fórmula trabajando para otros en la zona y desde entonces no ha parado. Su hermano y un colaborador forman el tándem perfecto para que este paraíso aquí en la tierra no tenga fin. Como dice el propio Felipe «yo corto el jamón al vuelo y hay que joderse, en todos estos años no he aprendido a cortarlo bien» y se ríe… y nos reímos.
Bueno chicos y chicas esto es lo que nos ha dado la búsqueda, con la rareza del tema, vacaciones de otros bares y desaparecidos en combate, pues que ni tan mal.
A la hostelería le sugeriría poner en valor el jamón al corte, edúquennos en el gusto, llévennos al aroma y, sobre todo, no nos priven del sabor.
¡Alecondios! Una última cosita, agradecer a Edu Mateo su colaboración, ¡muack!