Crece una oferta en la que hay propuestas, y aragonesas,
para todos los gustos
Ha crecido este año la edición de libros gastronómicos aragoneses, bien a través de editoriales de la tierra, bien porque nuestros autores han publicado fuera.
Una vez más, Prames ha sido la más activa, con la edición de 33 recetas mágicas, una mezcla entre recetario e historias mágicas, a cargo de Joan Rosell, con ilustraciones de Marta Fontana; una curiosidad que se convierte en un magnífico regalo. Y continúa, al alimón con la Diputación de Huesca la colección Paseos por la historia, de pequeño formato y apenas 48 páginas, donde se encuentra Ganadería y paisaje, de Chesús Yuste.
La Diputación de Zaragoza, junto con Almazara Editorial, auspició Tesoros gastronómicos de la provincia de Zaragoza en el campo, a modo de segunda parte de Tesoros gastronómicos de la provincia de Zaragoza en la mesa. Cristina Arguilé repasa los productos y las personas que los elaboran en la provincia. Finalmente, un clásico, la Agenda Gastronómica 2023, que elabora la Academia Aragonesa de Gastronomía para el Gobierno de Aragón; un útil instrumento que entremezcla datos, propuestas de eventos, recetas y artículos de opinión.
Ana Santidrián y Edurne Caballero, promotoras del proyecto Biela y Tierra han editado sus experiencias, de un largo viaje en bicicleta, que abarcan el mundo rural vivo, agroecología, ecofeminismos y movilidad sostenible a través del libro Biela y Tierra en ruta. Nuestra alimentación como motor de cambio.
Más allá del Ebro
La inquieta editorial Trea, radicada en Gijón, ha editado este año a dos aragoneses. Por orden cronológico, Breve historia de la cata en España, de Juan Barbacil, donde se analiza por primera vez esta disciplina, con abundante información. Y la recientemente presentada Menús del siglo XXI en España, de Francisco Abad Alegría, que culmina una interesante trilogía –junto con Líneas maestras de la gastronomía y la culinaria españolas (Siglo XX), 2009, y Nuevas líneas maestras de la gastronomía y la culinaria españolas– en la que se repasa, de forma muy documentada, qué y cómo se comía en España durante el pasado siglo.
La periodista aragonesa Beatriz Romanos ha publicado en Lid, Foodtech, donde explica y defiende las nuevas tecnologías aplicadas a la alimentación, desde la carne artificial, la cultivada a partir de células, hasta las cocinas fantasma o el uso del big data.
También tiene que ver con Aragón, Los fogones tradicionales. Las recetas del programa más visto de Canal Cocina, editado por Cúpula, que recoge las recetas de los cientos de programas que Eugenio Monesma filmó en torno a la cocina tradicional.
Entre todos los libros publicados, proponemos para gentes sensibles a la gastronomía, Comerse un melocotón, Planeta, en el que el cocinero estadounidense de origen coreano David Chang rememora sus experiencias de forma irónica y divertida. Para los militantes de lo natural, Come mierda, Vergara, de Julio Basurto, un ataque contra la intoxicación alimentaria, en el que se propone simplemente que «no comas mejor, deja de comer peor». Gastrosofía, Rosamerón, de Eduardo Infante y Cristina Macía, es otra agradable sorpresa, donde los autores nos acercan, de forma muy amena, a la relación entre determinados filósofos y la comida y la bebida. Sin embargo, el libro del año es, sin duda, Cocina o barbarie, Península, de la cocinera María Nicolau. Toda una declaración de amor a la cocina, entendida como la relación del ser humano con su entorno y el alimento, en la que reniega de las recetas como simple fórmula y analiza, de forma irónica y reivindica, diferentes platos tradicionales, desde la zarzuela de mariscos hasta la escudella. Y para niños, Tiburcio, el tiburón cocinero, Planeta, donde el Xabier Gutiérrez, jefe del laboratorio del restaurante Arzak ofrece sus conocimientos de forma divertida a los más pequeños.