El fotógrafo oficial de Gastro Aragón, Gabi Orte Chilindrón, además de tomar las mejores imágenes gastronómicas, ahora se dedica a inspirar cócteles. O eso comparte Borja Insa, del Moonlight, en el artículo que publica semanalmente en El Periódico de Aragón.
Tras pagar los seis euros de rigor –el mínimo, para el concierto era más–, pudo entrar uno en la Fiesta de primavera, también mitín, que celebró Podemos este fin de semana, al lado de la zaragozana torre del Agua.
Encontróse allí con un veterano y cabreado periodista, que también tuvo que pasar por caja, a pesar de exhibir su carnet de prensa y aludir a los medios en que trabajaba, con la que, decía, había entrado sin problemas –y gratis– en todos los museos europeos. Justo castigo por su improvisación, ya que no se había acreditado con anterioridad.
A la vista de las tres flamantes gastronetas que allí estaban, dedicóse uno a ver qué comen estos podemitas, muchos de ellos al parecer foráneos, dado su aspecto , aditamentos y atavíos. Había oferta vegana en forma de hamburguesa, pero la mayoría se decantaba por la de carne de La Finca o el bocata de longaniza.
Por cierto, que el responsable de una de las gastronetas estaba profundamente sorprendido ante la cantidad de facturas –¡por una hamburguesa!– que le reclamaban los clientes. Muchas dietas parecían pulular por el recinto…
Salvada la cuaresma, los católicos practicantes ya podrán disfrutar del ternasco asado, aunque el mes oficial fuera marzo, periodo de abstinencia y ayuno. Pues es de esperar –este tapao no ha podido comprobarlo en todos los casos, pero sí en bastantes–, que los restaurantes participantes en la campaña mantengan sus propuestas.
Uno, que no práctica como católico, pues no lo es, entiende que elegir precisamente marzo, casi siempre atravesado por la cuaresma o la Semana Santa, no fue una buena elección, ya que entre los consumidores de nuestro plato emblema, se encuentran muchos cristianos viejos. Mas parece imponerse la lógica del mercado y las subvenciones.
Promete Horeca hoteles promociones y descuentos con motivo del puente goyesco del primero de mayo. Pero nunca imaginó que hasta tal punto, como la del Hotel Goya, recientemente reabierto, que ofrecía habitaciones desde 0 euros. ¿Sería una agresiva campaña para darlo a conocer? Pues, no, porque la oferta aparece en mucho más hoteles. Otra cosa es cuando intenta reservar y resulta que no existe disponibilidad.
En puridad, mentir, no mienten, y quizá sea un error, pues pone desde cero, pero el internauta se siente algo estafado.
No acudir a un restaurante donde se ha reservado tiene un precio. Por ejemplo, los 510 euros que un juez del País Vasco –ahí tenía que pasar– ha obligado a pagar a tres personas que no acudieron a la cena concertada en el restaurante Amelia, de San Sebastián. ¿Tanto les costaba avisar? Esperemos que sirva de ejemplo, por más que los establecimientos, especialmente los de pocas mesas y/o menús degustación, sigan tiendo que tomar precauciones.