No mucho se ha escrito sobre los años del hambre que este país vivió durante la postguerra. Había vergüenza en reconocerlo por lo que se decidió olvidarlo. Sin embargo, este libro pretende recuperar la historia desde otra perspectiva, con orgullo, allí aguantamos, allí sobrevivimos.
Una amplia introducción, que recoge diferentes testimonios nos ubica en lo que fueron aquellos tiempos, donde eran habituales las cartillas de racionamiento y el estraperlo, da paso a las recetas, «empleadas no como guías para cocinar, sino como el medio para recordar y acercarse a la experiencia cotidiana de aquellos tiempos de hambre, miedo y resistencia». Con una especia de apéndice donde se ocupa de la gastronomía de los vencedores.
No obstante, ofrecen abundantes pistas de cómo nuestros mayores utilizaron la imaginación para engañar al estómago y, por supuesto, al paladar. Las recetas se distribuyen en desayunos, almuerzos, cenas, comidas festivas –y cuando se podía, postres– y panes.
El café de achicoria, las sopas de berros, el gazpacho de ababoles, el cuinat –un cocido con collejas–, el hervido de borraja –sí, nuestra apreciada borraja, comida de pobres–, los cardillos borriqueros a la madrileña, el potaje de almortas, la tortilla de patatas sin patatas ni huevos, los pajaritos fritos, las diferentes gachas, la sopa de castañas, el pan de patatas…
Todo ello ilustrado con los magnificos dibujos de José Carlos Sampedro. Un libro para no olvidar nuestro pasado.
La ficha
Las recetas del hambre. David Conde y Lorenzo Mariano; ilustraciones de José Carlos Sampedro. Crítica. Barcelona, 2023. 208 páginas. 24,90 euros. 9,99 en pdf.
