La Asociación Aragonesa de Apicultura, Arna Apícola,
ha colaborado en su elaboración

ellos Ambar Ambiciosa Montañesa

Torguet, Fumanal y Sanz, durante la presentación. Foto. CA

 

 

C. AZNAR

A comienzos de este año, Cervezas Ambar se preguntó cómo podían integrar la naturaleza y la esencia de las montañas aragonesas en una cerveza. Hoy ya podemos degustar su decimoquinta Ambiciosa, Montañesa. «Las cervezas de la gama Ambiciosas nacen con la intención de provocar y mueren con la idea de ser recordadas. A través de ellas intentamos poner en valor nuestro patrimonio. Hacer del patrimonio una delicia de consumo», explica Enrique Torguet, director de Comunicación, Relaciones Institucionales y ESG de Cervezas Ambar

Con apenas 102 547 botellas numeradas en el mercado, esta cerveza nos acerca al patrimonio natural de la comunidad a través de la frescura de los aromas a hierbas del Pirineo y los matices dulces de las mieles del Moncayo. La colaboración con la Asociación Aragonesa de Apicultura, Arna Apícola, ha sido clave en este proyecto, a través de su apoyo y guía en esta forma de ganadería que tan importante labor cumple para la salud medioambiental de Aragón. El director técnico de la asociación, Alfredo Sanz, ha expresado en la presentación «que Ambar se acordara de la miel nos llenó de satisfacción, y más que incluyeran esta cerveza dentro de la gama Ambiciosas».

Fruto de la curiosidad y la creatividad de su maestro cervecero, Antonio Fumanal, esta novedosa cerveza, muy alejada del tradicional hidromiel, está elaborada con mieles de tomillo y encina, así como hierbas aromáticas recién molidas, tomillo y salvia. Y está fermentada con bacterias lácticas y salvajes del Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido ‒lactococus lactis‒ y levadura lager. Turbia, para conservar muchos matices que se perderían en el filtrado, en nariz se encuentra muy presente el aroma a miel y tomillo. Muy ligera y gastronómica. «Es una cerveza diseñada para comer y para abrir las papilas gustativas», explica Fumanal.

Puede sorprender con su aroma y sabor, sin embargo, Montañesa combina a la perfección con platos como los guisos de setas y parrillas con diferentes tipos de carnes, así como quesos y embutidos. Por su punto dulce, destaca acompañando postres de chocolate intenso y amargo. También para tomarla sola.

Con esta cerveza, Ambar pretende que la gente alimente su espíritu cerveceo probando propuestas nuevas y diferentes, pero también que se acerquen al patrimonio natural, histórico y científico aragonés. «Detrás de esta cerveza está la intención de hablar de territorio. Valoramos mucho las 500 familias que trabajan la apicultura», añade Torguet.