Ante la llamada de atención por parte del editor –sí, uno se había dedicado a hibernar, como las administraciones aragonesas–, tendremos que volver a la faena. Como esperemos hagan nuestros jefes.
La fiesta que prepararon los de Agricultura del Gobierno de Aragón a finales de año–en la que uno se coló, como si fuera Meccano, ya que no había ningún control de invitados– estuvo bastante bien. Hubo sí, fallos en la convocatoria, pero pudimos ver a muchos productores, entidades, asociaciones profesionales y medios de comunicación; los que se enteraron de la convocatoria. Pero lo importante era reunir al sector, disfrutar de la compañía y de la comida. Los despistes en la convocatoria se podrán solucionar para la próxima Navidad; tiempo tienen.
Muchos políticos de Vox, ninguno de la oposición y escasos los del PP –nadie había de Turismo y Hostelería, antaño imprescindibles en estos saraos–, que estuvo muy bien representado por el presidente Azcón, que cada vez disfruta más ante los fogones. Mejor así que hablando, ya que mentó la Trufa de Teruel, no la de Aragón, ante la atónita y después mosqueada presencia de truficultores zaragozanos. Eso sí, prometió que «el presupuesto se va a incrementar hasta 2,5 millones para hacer más de un centenar de acciones de promoción de nuestros alimentos». A ver.
Más curioso resultó el discurso del consejero Samper, que prometió leer para imponerse brevedad, pues confesó cierta incontinencia a la hora de hablar de alimentación. Fue diferente y divertido, plagado de chistes y alusiones a los cocineros, los productos… Va mejorando en su hablar en público.
Un gran acierto fue encargar la elaboración del cóctel a los cocineros aragoneses con estrellas Michelin. Casi todos estuvieron allí –algunos como Tatau, representados por Aránzazu Sáinz, esposa y socia de Tonino Valiente–, pero se echó de manos al más joven estrellado –al que la nota de prensa llama Ramón, ¡maldito corrector!, como si hubiera estado allí–. Si vimos a Carmelo Bosque, Eduardo Salanova, Josexto Souto, Ramón Aso, Cristian Palacio, María José Meda, Marisa Barberán, a los que se sumo el maestro chocolatero Raúl Bernal.
Como debe ser, no faltó la trufa en el evento, que para eso estamos en temporada. Y disfrutamos de jamón de Teruel DOP al corte, Pastel ruso con foie, Sopa de cebolla Fuentes de Ebro DOP, Cardo con almendras, Hongo de patata con Tuber melanosporum, Piedras del Ebro con queso Radiquero y trufa, Liebre al chocolate, Bocados de trufa y el Mejor Bombón Artesano de España 2023, amén de Pastel Ruso y Trenza de Almudévar.
El próximo diciembre, a colarse otra vez.
Por mucho que uno lo escribiera en el último número de Gastro Aragón, el 97 –donde ahí este tapao sí es puntual, al contrario que el editor–, el personal sigue sin saber qué es un cava. Lo advierto por última vez y en mayúsculas. NO SE PRODUCE CAVA EN HUESCA, ni lo habrá mientras no cambie el reglamento en cuanto a los municipios donde se puede elaborar, cosa harto improbable.
Ello no significa menor calidad en los espumosos que se elaboran en el Alto Aragón, ni que tengan prohibido utilizar para su elaboración el método champenoise, el del champagne y el propio cava. A uno, por ejemplo, le encanta Teresa, de Finca Valonga, simplemente un espumoso de mucha calidad y precio razonable.
Leo en Heraldo –si no veo los de adultos, que me ponen malo, menos contemplo los televisivos Masterchefs de niños– que llegó hasta la final un chaval de Calamocha, Jesús. Actualizó unas migas tradicionales –huevo a baja temperatura, uvas a la plancha– y una especie de mar y montaña aliando unas manitas guisadas con un bacalao confitado al pil-pil. Como postre, una Salsa de chocolate blanco con raviolis de cereza y ‘shots’ de vainilla.
¡Cómo nos gusta que hablen bien de nuestros amigos! Especialmente cuando es verdad, como este texto que escribió Noelia Gómez en El Español. Aunque no nos creamos mucho su afirmación de que «Zaragoza es una de las ciudades de referencia para comer bien en España».
Escribe nuestro admirado Carlos G. Cano, por cierto con relación con nuestra tierra –orígenes en Graus–, en eso que llamalo X: «31 restaurantes han conseguido su primera estrella Michelin este año. En la foto solo hay 3 mujeres y una es la presentadora». Pues sí, es lo que hay y lo repite en la Ser a la menor ocasión. Artículo completo aquí.
Nos cuenta El Diario del Campo que los españoles preferimos el roscón de Reyes al panettone, en una proporción de siete a tres, según una encuesta de Uber Eats. Por cierto, gusta más el relleno de nata. Lo que no explica es si se refiere únicamente a los comodones, los que piden el dulce por teléfono.