Reunió a varios restaurantes aragoneses reconocidos como Bib Gourmand, llos mejores restaurantes con relación calidad-precio.
Se realizó una cata de nabos por el divulgador Ismael Ferrer.
Se ha celebrado, en las instalaciones del Centro de Innovación Gastronómica de Aragón situadas en el Parque Tecnológico Walqa, un encuentro de restaurantes Bib Gourmand de Aragón. Lo han hecho además en torno a una de las hortalizas más beneficiosas para la salud y quizá más desconocidas en la alta gastronomía: el nabo.
La Bib Gourmand es una categoría que tiene la Guía Michelín, la más prestigiosa de la gastronomía a nivel mundial, y que reconoce la mejor relación calidad-precio de los establecimientos. Según Michelín «lo que tienen en común los restaurantes Bib es su estilo de cocina sencillo, reconocible y… ¡fácil de disfrutar! Además, un restaurante con la distinción Bib Gourmand dejará una sensación de satisfacción por haber comido, tremendamente bien, a un precio razonable». Una categoría en la que Aragón tiene la segunda mejor relación calidad-precio por habitante por comunidad autónoma en España con 16 distinciones. Por su parte, Huesca, con 10 restaurantes, es líder a nivel nacional en la relación por habitante y por provincias, ya que tiene un restaurante Bib Gourmand por cada 22 000 habitantes.
Presidió el acto, como autoridad máxima, Juan José Orriés, Director General de Innovación y Promoción Agroalimentaria. Orriés destacó que, precisamente, el Centro de Innovación Gastronómica de Aragón «nació para reunir de manera organizada a este al sector en torno a la alimentación», así como la necesidad de que jornadas como estas sirvan para que «desde el sector de restauración se soliciten productos como los que se van a presentar esta mañana». También asistieron Fernando Blasco, por Diputación Provincial de Huesca y Loreto Bermúdez de Castro, del área de Desarrollo y Turismo del Ayuntamiento de Huesca.
Durante la jornada se realizó una cata de nabos por Ismael Ferrer, cocinero y divulgador aragonés. En primer lugar, se dio una explicación acerca de la importancia de esta verdura crucífera que, quizá de manera injusta, ha caído en el olvido del panorama culinario aragonés. Posteriormente, se entregó una ficha de cata en la que se pudieron probar tres variedades de nabos: los de Yosa de Sobremonte, Mainar y una versión comercial de este producto. Sobre el primero, de sección cilíndrica y delgada, se destaca su exquisito sabor. En cuanto al segundo, el de Mainar, se destaca que es una variedad única en España y que catados, estos nabos, quedan como «una experiencia inolvidable». Sobre la comercial era otra forma de introducir estos productos. Desde la Red de Semillas de Aragón, también presentes en el acto, se recalcó la recuperación y conservación de estas semillas que se trabajan junto al CITA en Aragón.
Por último, se generó un debate interesante entre los asistentes. Contentos por la reunión, por el encuentro entre compañeros y por conocer las propiedades y posibilidades de productos como el nabo, los profesionales hosteleros demandaron algunas cuestiones como incrementar la producción para introducir variedades como estas en los establecimientos o la necesidad de encontrar personas en el territorio que ayuden a mantener estos productos para seguir generando un discurso de cercanía y de vertebración regional.