En el año en que se cumplen los 60 años de la fundación de la Cooperativa Comarcal de Somontano de Sobrarbe y los 40 años de la DOP Somontano, Bodega Pirineos rinde homenaje a los viticultores de la zona
En el corazón de Somontano la vida sigue como siempre, heredera de un compromiso histórico entre la sociedad y la agricultura. La rica tierra oscense encuentra aquí la máxima expresión posible de la viticultura, la que ofrece vinos de alta calidad a un público cada vez más exigente.
El 60 aniversario de la creación de la Cooperativa Comarcal de Somontano de Sobrarbe (1964) marca el inicio de una serie de actividades con las que Bodega Pirineos, pretende honrar la figura del viticultor. Silvia Arruego, gerente de la empresa, explica que “en ese impulso cooperativista de entonces estuvo el germen de lo que hoy conocemos como Denominación de Origen”. No en vano, dos décadas después, la Cooperativa fue clara protagonista de la creación de la Denominación de Origen Protegida Somontano en octubre de 1984, con la constitución de su reglamento. Se cumplen, por tanto, 40 años
Menos de diez años más tarde, en 1993, la antigua cooperativa constituía Bodega Pirineos, perteneciente en la actualidad al Grupo Barbadillo desde 2007, en una clara apuesta por la modernización y la búsqueda de la excelencia enológica. Pirineos es, por tanto, heredera de estos dos hitos fundamentales en el desarrollo rural del norte de Aragón. En este 2024 asume su responsabilidad y homenajea a los viticultores que la fundaron y que durante décadas han dedicado sus esfuerzos al desarrollo de la comarca convirtiéndola en una de las principales elaboradoras de vinos de calidad de España.
El compromiso social y medioambiental inherente al mundo cooperativista agrícola se mantiene hoy vivo en la Pirineos. Desde la preservación de las variedades autóctonas como la Moristel y la Parraleta hasta la exploración de nuevas cepas europeas como la Gewürztraminer, cada decisión está impregnada de una responsabilidad compartida hacia las futuras generaciones.
El 90% de las 720 hectáreas de viñas de cooperativistas, que cada año vinifica la bodega, se encuentra en un estricto régimen de secano. Se trata, por tanto, de parcelas sostenibles que enlazan a la perfección con una idea básica de respeto al medio ambiente. Este mismo compromiso de Pirineos es el que la llevó en 2023 a la firma de un acuerdo con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) fruto del cual la bodega colabora estrechamente con la conservación de los refugios climáticos de la cordillera pirenaica.
Con motivo de la efeméride, Pirineos incorpora durante este año un distintivo de homenaje a la antigua cooperativa de la que hoy es heredera. Se trata de una imagen que enlaza la denominación de la propia bodega a la idea del cooperativismo y a su asentamiento histórico en la capital del Somontano: Barbastro. Es este logotipo conmemorativo el que se ha llevado, de manos del artista barbastrense David Gatta, a la simbólica viña de El Mon, situada en el término municipal de Salas Altas a más de 800 metros de altitud.
En El Mon, Bodega Pirineos desarrolla un proyecto de recuperación de la variedad Moristel, estratégica para la región de cara al futuro. El estrecho trabajo entre Jesús Astrain, enólogo de la bodega, Jorgé Sin, encargado de viticultura, y Marcelo Retamal, importante vinatero chileno, darán como resultado un vino que verá la luz dentro de unos años, cuando acabe el proceso de crianza de una primera añada que ya descansa en bodega.
La nueva imagen conmemorativa y su utilización por la bodega en la comunicación de los próximos meses, irá acompañada de una serie de actividades cuyo colofón será la recuperación de una versión moderna de la tradicional Fiesta de la Rematadura, todo un acontecimiento del pasado en el que los viticultores celebraban el fruto de la cosecha, rodeados de vino y de amor por el trabajo bien hecho.