la leyenda que las patatas más populares del país nacieron en los madriles de los años cincuenta y también que se inventaron una salsa a la que llamaron brava, con la idea de inmortalizar el descubrimiento; los de Madrí son así. Se metieron en cazuela y a base de ajos, harina, pimentón y caldo de pollo crearon la salsa que aún hoy se disfruta en algunos bares de la capital y al resto nos quedaron los tomates, las mahonesas, los tabascos y demás mandangas, es lo que hay.
Nos dimos una vuelta por Zaragoza buscando nuestros siete Bares Que Lugares patateros con el
que llegar a vuestro corazoncito. Lo conseguimos. Diferentes patatas, diferentes salsas, todas bravas.
En el capítulo de homenajes recordar al Bar Texas, en el Tubo, que con su aceite con pimentón picante le daba rasmia a todo el plato, nadie copió la fórmula; gracias Juan. Vamos a por ellas.
Vamos a empezar por el más canalla DelPepe Bar –Baltasar Gracián 23. 50005 Zaragoza. 657 945 450–. ¿Por qué ese nombre?, «porque me llamo Pep y donde ir mejor que al bar Delpepe». Risas aparte
nos ofrecen unas patatas cortadas en un gajo especial –ciertamente embolsadas, pero de calidad– como
para dipear, con ese swing que tienen cuando te los fríen en el momento y están blanditos pero crunch.
Ideales para comer con las manos hasta que llega la inundación por salsa y se pone complicado. Salsas que solucionan con un tipo lactonesa que elaboran ellos y una brava que acompaña con tremenda dignidad toda la fiesta.
Ir a El Escondite –Pº de los Rosales, 30. 50008 Zaragoza. 976 134 713– es como ir a las ferias, en minuto y medio puedes conocer a la cocinera, una muestra de las papas recién cortadas en su recipiente con agua, otro con ellas ya confitadas y por si la cosa te parece poco puedes saludar al verdulero y hablar con él –ese sí que tiene un master en patatas, ¡madre mía!–. Con el tiempo, Luis fue viendo que los clientes admiraban lo humilde del local con propuestas sencillas, pero ¡ojito! elaboradas de diez, por eso las patatas son muy cuidadas, se nota y las salsas bien elegidas, acorde con el salero del bar.
Cervecería Beerland –Pl. San Francisco, 17. 50006 Zaragoza. 976 560 603– es esa casita de madera donde todo el mundo pregunta/saluda/se deja recomendar por Juan. Llevan toda la vida queriendo hacernos alemanes a la hora de comer, pero un día descubrieron estas patatas tipo bastón, elaboradas y traídas de los países nórdicos, puré con cebolla que diríamos aquí, que lleva enamorando a toda su clientela desde los tiempos de Napoleón. Rara es la mesa en la que no haya un plato…Juan se ríe, pero no tendrían que dejar entrar a profesionales del patateo en la sala. En cuanto a las salsas, siempre aparte, lo resuelven por lo criminal, la que pica y la que no. Un cuenco con una salsa rosa encantadora y otro con un tomate natural con picantico y se acabó el lío.
Casa Agustín –La Cadena, 20. 50001 Zaragoza. 876 452 630– son casi unos recién llegaos a Zaragoza, pero los años de hostelería a las espaldas no se les quita nadie. Triunfaron en Albalate con la oreja de cerdo y ya aquí nos ofrecen un montón de cosas ricas y unas patatas deliciosas. Las dejan en la freidora muy despacito, con aceites limpios y cuando el cliente las pide les dan un golpe fuerte controlado, para que queden doraditas y crujientes… y bien escurridas. Antonio es un hombre curtido en estos menesteres y cuando dice «no lo entendemos de otra manera», qué te voy a decir, una cerveza y más pan, que las salsas también se untan.
Casa Teresa –Pº de los Rosales, 26. 50008 Zaragoza. 976 592 616– es un sitio para ir con guía turístico, aquí unas tapas, allí unos platillos, aquí unas papas… están muy orgullosos desde hace casi 30 años de «sus labores» y las patatas no iban a ser menos. Las preparan también en dos tiempos, garantizando así que por dentro queden tiernas y por fuera crujientes y hermosas. Con las salsas también sacan pecho y cuando pregunté la elaboración de la brava… Carmelo aún se está riendo, pero su tomate, cebollica, picantillo y aromas, lleva. Y en consonancia, sobre una lactonesa con ajo le esparraman unos polvicos de pimentón y algo de aromáticas creando un dúo sabrosón.
Cogimos la chupa, aparcamos la moto y entramos a Motor Music 66 –Miguel Ambiela, 2. 50015 Zaragoza. 976 516 467–, más madera y rock and roll se oía por toda la barra. Elvira nos vio nuevos y dijo «os voy a poner mis patatas, las necesitáis». Al cabo de un rato nos sorprendió con una cazuelita, con unas patatas confitadas y puestas en estado de crunch en el momento, bañadas en sus dos salsas, elegidas por ellos, aportando una untuosidad extrema al momento. Trae pan. El resultado, más las cervezas de Julio, nos volvió a la cordura, la música de Héroes sonaban con elegancia alegrando el cuerpo y el pie. Pues oye que igual si las necesitábamos.
Mr. Dumbo –López Allué, 2. 50005 Zaragoza. 976 565 397–, es ese local veterano –más de 35 años– que convive con comidas sirias, de oriente medio y patatas bravas. Si vas un sábado, la cocina parece el camarote de los Hermanos Marx, no cabe ni una sardina, pero se organizan bien. Comida para llevar, en barra, en las mesas y en la terraza, te dicen que es un sitio preferido por los clientes de cualquier edad. Sus patatas son preparadas al momento –hay que esperar– y te las sirven como dicen ellos con ajonesa para darle intensidad, en cuanto al picante no se meten en líos y ahí te dejan el bote. Un disfrute.
Bueno a la clausura de éste artículo decir que todas las patatas causaron daños, fueron peladas, troceadas y elaboradas según los chefs, pero deciros que si buscamos, encontramos hosteleros que se curran la patata, que siempre es un plus. Desde aquí decirles que siempre los tendremos presente en nuestras oraciones, a los