Pastores lanza una novedosa línea de conservas con nuestro tradicional cordero
Los franceses consiguieron que su logrado Confit de pato se convirtiera en una conserva imprescindible en restaurantes y cocinas domésticas. Y aunque quizá ahora no se encuentre tan de moda como hace una década, cuando irrumpieron las cocinas exóticas y orientales, sigue siendo un gran producto, y un recurso en cualquier fogón.
Puede que tal haya sido la inspiración para que el Grupo Pastores lance ahora una gama de conservas con el Ternasco de Aragón IGP como protagonista. Presentadas en el recientemente clausurado Salón Gourmets, suponen tanto una salida comercial en épocas de bajas ventas, como una cómoda solución para profesionales y familias, como recordó su director de Marketing y Comunicación, Diego Franco.
La primera línea, bajo el lema, Dorar y servir, ofrece unos Jarretes confitados de Ternasco de Aragón y Churrasco, también confitado, un corte clásico y otro, las tiras de palos de costilla, popularizado hace unos años. Como explicó Javier Robles, el maestro del cordero, basta con extraer las piezas y dorarlas al horno a máxima potencia, durante unos diez minutos, reservando la grasa para otras elaboraciones. Como sugerencias de guarnición, desde patatas asadas a una ensalada.
La otra gama, Calentar y listo, la componen dos guisos clásicos. Un Chilindrón de jarretes y Callos de cordero en salsa de tomate y chorizo, en ambos casos con presencia del Jamón de Teruel DOP. Elaborados a baja temperatura, tan solo piden ser calentados, permitiendo también el toque personal, acompañándolos de arroz, legumbres, etc.
Las latas, de larga duración, ofrecen dos raciones, que suman 800 gramos ‒400 en el caso de los callos‒, y pueden conservarse en la despensa. En breve se podrán encontrar en tiendas especializadas. También están previstos otros formatos para hostelería y colectividades.
Fruto del trabajo de tres años del Grupo de Cooperación 2022002300 de desarrollo de productos enlatados de cordero para la mejora de la competitividad y viabilidad de las explotaciones de ovino, los resultados son placenteros para el paladar. Si se siguen las sencillas instrucciones, el ternasco llega jugoso a la mesa, manteniendo sus peculiaridades.
Una buena y sabrosa idea, que habrá de ser parte de nuestro fondo de despensa.