La anguila se extingue, es una realidad constatada por la ciencia. El pasado mes de diciembre la Asociación de cocineros Eurotoques España, siguiendo la estela de Relais&Châteaux, reclamó el cese total de capturas. Los datos hablan por sí solos, el número de angulas que llegan a nuestras costas ha caído a menos del 10%, respecto a los años 80.
Y se trata de un problema mundial, ya que todas las anguilas van al mar de los Sargazos a desovar ‒se supone, pues nadie las ha visto‒ y morir. Las larvas resultantes emprenden un largo viaje ‒Europa, Japón, Canadá‒ siendo angulas cuando llegan a las costas originarias. Crecen en los ríos y, al transformarse en anguila plateada, emprenden el camino de vuelta a Los Sargazos. Dadas sus características parece imposible lograr su cría en cautividad.
¿Y qué dirá usted, que jamás ha probado una anguila? Somos muchos que aún recordamos cuando las angulas al ajillo, con su toque de ajo y guindilla, eran accesibles a muchos, siquiera en Navidad. No destacan por su especial sabor, pero su textura es inolvidable. Mirando hacia nosotros, quizá le suene el plato denominado alubias del general Palafox, que no eran, durante los sitios, más que el guiso de las alubias que se conservaban en los almacenes zaragozanos, con las anguilas que se capturaban en el Ebro, siguiendo su camino hacia los riachuelos de las montañas. Energético alimento que coadyuvó a prolongar la resistencia zaragozana. Solo por ello hay que recuperarlas, por más que estemos bastante tiempo si catarse.
Patrick Svennson, en su magnífico libro El evangelio de las anguilas’dedica 274 páginas a este especial pez, que vive tanto en agua salada, como dulce. Allí nos enteramos que Aristoteles creía que surgían espontáneamente del fango; las investigó Sigmund Freud antes de dedicarse al psicoanálisis; ayudó s salvar a los tripulantes del Mayflower cuando arribó a la costa norteamericana. Y aparece, por ejemplo, en El tambor de Hojalata, de Günter Grass, o en La espuma de los días, de Boris Vian.
¿Vamos a dejar que se extingan? Esta más amenazada que el águila imperial ibérica, el lince ibérico, el panda gigante.