Dado que el tapao anda como desaparecido, publicamos su texto aparecido en GASTRO ARAGÓN 98, febrero-marzo. ¡Menos da una piedra!

 

La fiesta que prepararon los de Agricultura del Gobierno de Aragón a finales de año–en la que uno se coló, como si fuera Mecano, ya que no había ningún control de invitados– estuvo bastante bien. Hubo sí, fallos en la convocatoria, pero pudimos ver a muchos productores, entidades, asociaciones profesionales y medios de comunicación; los que se enteraron de la convocatoria. Lo importante era reunir al sector, disfrutar de la compañía y de la comida. Los despistes en la convocatoria se podrán solucionar para la próxima Navidad; tiempo tienen.
Muchos políticos de Vox, ninguno de la oposición y escasos los del PP –nadie había de Turismo y Hostelería, antaño imprescindibles en estos saraos– que estuvo muy bien representado por el presidente Azcón, que cada vez disfruta más ante los fogones. Mejor así que hablando, ya que mentó la Trufa de Teruel, no la de Aragón, ante la atónita y después mosqueada presencia de truficultores zaragozanos. Eso sí, prometió que «el presupuesto se va a incrementar hasta 2,5 millones para hacer más de un centenar de acciones de promoción de nuestros alimentos». A ver.
Más curioso resultó el discurso del consejero Samper, que prometió leer para imponerse brevedad, pues confesó cierta incontinencia a la hora de hablar de alimentación. Fue diferente y divertido, plagado de chistes y alusiones a los cocineros, los productos… Va mejorando en su hablar en público.
Un gran acierto fue encargar la elaboración del cóctel a los estrellados cocineros aragoneses. Casi todos estuvieron allí –algunos como Tatau, representados por Aránzazu Sáinz, esposa y socia de Tonino Valiente–, pero se echó de manos al más joven estrellado –al que la nota de prensa llama Ramón, ¡maldito corrector!, como si hubiera estado allí–. Si vimos a Carmelo Bosque, Eduardo Salanova, Josexto Souto, Ramón Aso, Cristian Palacio, María José Meda y Marisa Barberán, a los que se sumo el maestro chocolatero Raúl Bernal.
El próximo diciembre, a colarse otra vez. Si es que se repite el evento y uno se entera a tiempo.

 

Algunos titulares de prensa que pudimos leer a finales de enero: La gastronomía aragonesa, plato fuerte en Fitur; Aragón seduce a Fitur con su gastronomía; Zaragoza presumirá de sector hostelero y gastronomía; La gastronomía zaragozana quiere ser la estrella en Fitur; Pues bien, de lo poco publicado en medios nacionales a propósito de Fitur, la única referencia aragonesa que ha encontrado este tapao, en el suplemento El Viajero de El País, es una referencia a Las mujeres del Pirineo, la mejor experiencia turística de 2023.
Aunque uno quiere pensar que se acude a la feria para vender y promocionar Aragón… hacia el mundo exterior, parece que se trate más de quedar bien con el electorado. Pues, en ocasiones, el evento parece más un foro para dejarse ver y tratar de sacar tajada que un lugar de trabajo. Gentes de aquí viendo a otras gentes de aquí.
No obstante, hay que reconocer las buenas acciones. Como la de Cehta, la confederación de empresarios turísticos y hosteleros de Aragón, que aprovecharon la ocasión para invitar a comer a significados periodistas de viajes, con productos y cocineros de la tierra. El menú no tenía mala pinta, con alimentos aragoneses y vinos de las cuatro denominaciones de origen y vinos de la tierra, elaborado por insignes cocineros de la comunidad. Pero el tapao, cual escorpión, no puede dejar de criticar. ¿Era necesario utilizar el tomate rosa y la cebolla de Fuentes –ambos fuera de temporada, aunque podrían estar preparados, igual que el coulis de Melocotón de Calanda– en uno de los platos? ¿Y la
corvina? ¿No tenemos trucha y esturión autóctonos?
Tampoco nos disgusta, al contrario, el nuevo anuncio de Aragón Turismo, con el lema Ven de propio, expresión significativa y prácticamente exclusiva de nuestra comunidad, por lo que no podrá ser copiado por otros lugares. Sin embargo, su definición –¡ay, el escorpión!–, no parece muy adecuada: «Expresión aragonesa que describe la emoción que nos empuja a hacer algo en concreto». Nos gustan más otras, como esta: «ir a un sitio a propósito, dejando de hacer algo o ir de forma específica».

La que ha liado Ségolène Royal, exministra de Medio Ambiente francesa, además de excandidata socialista a la presidencia de la República en 2007: «¿Han probado los tomates bio españoles? No se pueden comer», dijo.
Hasta los propios franceses, nada carentes de chauvinismo, han admitido que nuestros tomates
ecológicos cumplen las normas. «Agence BIO, el organismo público francés encargado del desarrollo y la promoción de los productos ecológicos, aclaró a EFE que un producto agrícola o transformado tiene el sello bio si cumple escrupulosamente las reglas establecidas por las normas europeas para el sector, a preguntas sobre la polémica por los tomates españoles».
El ministro Planas respondió con una cata de tomates ecológicos españoles. Eso sí, en pleno mes de febrero. Serán de variedades extrañas, híbridos o de invernadero, porque para disfrutar de los de verdad, como los que nos obsequian cada verano los productores de la Muestra Agroecológica de Zaragoza hay que esperar todavía unos cuantos meses.

Como si hubieran ido a golpe de pito, apenas faltó nadie a la presentación del proyecto piloto en el mercado de san Vicente de Paúl. Presidentes de denominaciones de origen –los del vino, disciplinados, estuvieron los cuatro, ¡no se pierden una!– o sus representantes, se mezclaban con autoridades diversas –finalmente, ante lo que se rumoreaba por la tardanza en comenzar– no
vino la alcaldesa de la ciudad, Natalia Chueca. Que delegó en su consejero de Economía, Transformación Digital y Transparencia, Carlos Gimeno, mientras que el Gobierno de Aragón estuvo representado por Juan José Orriés, director general de Innovación y Promoción Agroalimentaria. No faltaron medios de comunicación, muchos; productores que quizá vayan ahí a vender; funcionarios del ramo e incluso algún despistado cliente habitual, que aprovechó para almorzar de lo lindo.
Al contrario que este tapao que sí aprovechó la ocasión para comprar carne y pescado, pasando de participante en el sarao a comprador ocasional de un mercado que le cae lejos. Pues parece que tal es el objetivo de esta actividad, relanzar las compras de los detallistas que quedan ahí –a ojo de buen cubero, la mitad de los puestos– y revitalizar estas desaprovechadas instalaciones municipales. Enésima presentación, pues este tapao ya lleva varias a sus espaldas; a ver si esta funciona.
Según se podía escuchar por los corrillos, y más según corría el vino aragonés, apenas nadie confiaba en que el mercado crezca en clientes, más allá de las promociones y la publicidad que conlleva este programa piloto. Lo veremos en unos meses.
En cualquier caso, si uno quiere enterarse, con una mínima antelación, de las numerosas actividades previstas, debe armarse de paciencia. Su facebook oficial se fue de vacaciones el pasado mes de agosto y en ellas debe seguir, porque no hay nuevas publicaciones, aunque sí han comenzado a aparecer en instagram.
Y despista mucho que el día que a la par que se anuncia un taller de roscón ecológico, impartido por Ecomonegros, se informe del reparto de 500 raciones de roscón de san Valero. De forma que todos pensábamos que eran estos panaderos y reposteros quienes elaboraban las mentadas raciones, alegrados por el crecimiento de su capacidad de producción.
Pues no, una visita al instagram de Panishop lo desmiente. Lo que no parece muy coherente con el sentido filosófico de esta promoción.

Algo pasa en el sector hostelero cuando no se prolongan las concesiones o no se consigue quien las lleve. Que sepamos, está disponible el bar de la ONCE, también ha cerrado el del Museo diocesano, Alma Mater, los alojados en el Colegio Mayor Cerbuna deben buscarse la vida la vida para alimentarse desde principios de este mes, el Teatro de las Esquinas sigue sin bar restaurante, y la facultad de Filosofía y Letras se abre sin la preceptiva cafetería, cuyas instalaciones están vacías.
Para colmo, muchos colegios zaragozanos podrían haberse quedado sin comedor ante el concurso de acreedores de las empresas que más contratos tiene en nuestra comunidad,
Combi Catering. Menos mal que el Ayuntamiento de Zaragoza ha reaccionado con rapidez y los escolares seguirán alimentados.
Algo pasa en el sector y no es nada bueno.

Sin ser periodista, uno quiere solidarizarse con Pau Arenos, que en su web La cocina de los valientes, escribe un acertado e incisivo artículo sobre la Guía Michelin. Y parece que los de las ruedas se han enfadado.
No sabemos si habrá también enfado ante las interesantes reflexiones que publicó Gozarte en sus rede sacerca de la función de las diferentes administraciones en esto del turismo.
Piensa este tapao que no les falta razón a ninguno.

 

 

¿Por qué no estuvieron con los otros estrellados?
¿Lo cesarán, dimitirá por incoherencia?
¿Unos se pagan el viaje de trabajo y otros no?
¿Cava en Huesca. Saben de qué escriben?
¿Sea cava. se acaba? ¿El periodista debe ser protagonista?
¿Saben en Madrid que aquí San valero es festivo?