El acto presidido por Luis Nozaleda, director general de ENATE, ha contado con la asistencia del propio artista, así como con la del Director General de Cultura del Gobierno de Aragón, Pedro Olloqui

Foto de familia durante la inauguración. Foto: Enate.

 

ENATE ha inaugurado en su sala de arte la exposición Vino, cálido color del artista José Manuel Broto. El título de esta exposición nos introduce en una serie de etiquetas sobre el vino blanco y el vino tinto, con un sentido de movimiento, un flujo que circula por la superficie y el color, por las pinceladas y las formas, que se detiene en dos momentos, o lugares concretos de la trayectoria del artista, distanciados treinta años en el tiempo, 1994 y 2024.

La estrecha relación de José Manuel Broto (Zaragoza, 22 de octubre de 1949) con ENATE cuenta con más de treinta años de historia, avalada por la presencia de sus obras en la colección de arte contemporáneo de la bodega. La bodega nace en 1991, y con la primera vendimia de uva cabernet sauvignon, se elabora el Enate Reserva 1992, vino que se presenta con una etiqueta de Broto. Para esta primera ocasión, el artista realiza una pintura íntima, misteriosa, una mancha que flota sobre un fondo áureo. El oro, metal escaso, noble y perdurable, como la amistad verdadera, o como este vino, que tan bien envejece en botella.

En el año 2008, con motivo de la Exposición Internacional de Zaragoza, se etiqueta el vino ENATE RESERVA PRIVADA 2002 con una obra dónde los azules son los protagonistas. Agua y desarrollo sostenible, era el lema, y Broto concilió el vino y el agua. Y “bajó el azul, de las bóvedas altas y exclusivas”.

Más tarde celebramos juntos una nueva ocasión especial. De cuando en cuando, en nuestras tierras, se presenta la posibilidad de explotar al máximo la calidad de una uva excepcional, que se embotella sin considerar la periodicidad de las añadas; se trata de vinos únicos y de corta tirada. El arte es reclamado otra vez. Así, en 2006 surge el ENATE Reserva Especial, que se presenta de nuevo de la mano de los infinitos rojos de Broto, y resultado de una vinificación excepcional que explota al máximo la calidad de la uva en un año determinado, buscando la máxima expresión de una cosecha. Un vino de corta tirada y con un toque innegable de exclusividad, que hace del mismo un verdadero vino de colección.

Este viaje ininterrumpido nos lleva hoy a presentar esta exposición en la que mostramos dos etapas fundamentales, que también se podrían describir como lugares, por las que ha transitado la actividad de Broto como pintor, dos momentos muy diferentes, tanto técnica como formalmente, que compartimos.

Las diez primeras piezas de la exposición son propuestas realizadas exprofeso para etiquetas de vino de la bodega en 1994. En este momento, el artista residía en París, y su pintura era íntima, honda, grave y enigmática, de sobrio colorido, en la que superpone manchas de color con gran capacidad sugestiva, que flotan sobre superficies monocromas, cristalinas y silenciosas.

El segundo bloque está formado por un conjunto de obras inéditas, realizadas en 2024. En ellas, como en sus obras de los últimos años, Broto reivindica el color como elemento determinante de la creación plástica, no como adorno o complemento. El color como hilo narrativo, con intensidad y brillantez individualizadas, en una combinación de elementos, respondiendo a un sentido constructivo. En resumen, el color como protagonista de las obras. Las obras están hechas con ordenador, mediante programas de diseño digital; en ellas el gesto físico, cuando lo hay, es mínimo y carece de importancia. Así, son imágenes ávidas de color y de movimiento, ligeras, desbordantes, alegres, que en este caso se han impreso sobre papel, pero que podrían muy bien ser simplemente proyectadas, lo que las haría completamente inmateriales.

Luis Nozaleda, director general de ENATE, ha recordado la longeva relación entre José Manuel Broto y la bodega, y ha hecho hincapié en la ‘importancia de enseñar el arte y la cultura a las generaciones más jóvenes’. En la misma línea, Pedro Olloqui, Director General de Cultura del Gobierno de Aragón, ha puesto en valor el compromiso artístico de ENATE, y ha destacado además la “etapa de esplendor en la que se encuentra la cultura aragonesa, y el auge de los creadores aragoneses”.

Etiqueta de ENATE Reserva, junto al resto de la colección. Foto: Enate.

Broto, pintura-pintura

La obra de Broto, notablemente influida en sus comienzos por el colectivo francés Suport-Surface, las revistas Tel Quel y Peinture, Cahiers Théoriques entre otras publicaciones, y especialmente por los escritos teóricos de Marcelin Pleynet y el expresionismo abstracto, ha sido también relacionada con algunos postulados minimalistas; de hecho él es uno de los mayores exponentes de la llamada pintura-pintura, y, por tanto, uno de los artistas que más ha reivindicado la abstracción frente a la figuración y al arte conceptual. Broto prescinde del mayor número de elementos, creando composiciones sintéticas en las que superpone signos abstractos muy gestuales, de gran capacidad metafórica y sugestiva, que flotan sobre la superficie de cada lienzo. La importancia del vacío, el uso de gamas cromáticas intensas que crean muchos contrastes y armonías suspendidas en atmósferas cristalinas y silenciosas son características de toda su obra.

Hoy José Manuel Broto reside y trabaja en Mallorca. Desde sus comienzos ha realizado más de ciento sesenta exposiciones personales y cerca de cuatrocientas colectivas. Sus cuadros figuran en museos y grandes colecciones y ha recibido numerosos premios y distinciones entre los que destaca en 1988 el Grand Prix du Salon de Montrouge, 1995 Premio Nacional de Bellas Artes, 1996 Académico correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, 1997 Premio ARCO de la Asociación de Críticos, 2003 medalla de oro de la Ciudad de Zaragoza, 2003 Premio Aragón Goya de Grabado.

La exposición ‘Vino, cálido color’ se encuentra en la Sala de Arte Contemporáneo de ENATE, y puede visitarse con cualquiera de sus experiencias enoturísticas.