El acto de entrega del premio se celebrará el martes 14 de mayo, en la Casa Pirenaica del Museo de Zaragoza en el Parque Grande
Con Suspiros de Alba, Sandra Ibáñez y Víctor Goñi se han inspirado en la leyenda que dice que la Duquesa de Alba, una de las mujeres más poderosas y ricas de la España del siglo XVIII y XIX, le pidió a Goya que pintara un retrato suyo.
Según la leyenda, Goya pintó un pequeño retrato de la duquesa en la cáscara de un huevo, utilizando una técnica de miniatura. Se dice que cuando la duquesa vio el retrato, quedó tan impresionada y complacida que le ofreció a Goya un postre que ella misma había preparado como muestra de agradecimiento. El postre se llamaba Suspiros de Alba, una delicia dulce y delicada que se convirtió en un símbolo de la relación entre Goya y la duquesa.
En este postre han evocado la leyenda, haciendo un huevo de chocolate blanco, en referencia al huevo del grabado, relleno de un bizcocho financier de almendra bañado en aroma de azahar, con una orange curd, coronada con un toque de chocolate rubí con frambuesas y caramelo violeta para darle un sabor cítrico y floral, como Sevilla, ya que la familia de la duquesa siempre ha tenido fuertes vínculos con esta ciudad.