Dice el editor que, en llegando al 99, hay que ser positivos y optimistas. Al menos para llegar al ciento, sostiene este tapao, que no obstante tratará de respetar el criterio del jefe. Al menos para que no enfaden algunos y nos retiren la publicidad, que de todo hay en la viña del señor aragonés. Seamos, pues, optimistas en esta primavera tan convulsa.

 

Como optimista se muestra José Luis Yzuel, cuyo aspecto muestra el cáncer de páncreas que padece y no oculta, pues informó del mismo en su facebok. Es de saludar su valentía al comunicarlo, rompiendo el estigma de esta enfermedad. ¡Ánimo y fuerza! De ahí el fuerte aplauso que cosechó en la emotiva gala de entrega de los XXV Premios Horeca y no solo por la simbología del número redondo. Cordial y agradecido como siempre, recordó sus cenas con el editor de estas páginas, Urtasun, con quien creó el Certamen de Restaurantes de Zaragoza, a su llegada a la presidencia de Horeca Restaurantes. El aludido no se encontraba allí, pero su ausencia –debida a motivos de trabajo, según ha sabido este tapao– se convirtió en una fuerte presencia gracias a las palabras del presidente de los hosteleros aragoneses.

Quién sí se notó, pues llegó tarde a la gala, gracias al sonido de sus taconazos en las escaleras, fue Cristina Palacín, diputada de turismo en la DPZ. Quizá fuera el espíritu de la puntualidad quien hizo que tuviera que soportar sobre el escenario el largo discurso de la representante del premiado restaurante Habitat Sella. Se suponía que los premiados, una veintena, no hablaban para agilizar la gala, pero Susana Casanova, que volverá a representar a la provincia de Zaragoza en el nacional de tapas de 2025, rompió la norma y dio pie a que los siguientes galardonados, al modo de los Oscar, se explayaran con sus agradecimientos. Especialmente la del Sella, que tan solo dejó de hablar cuando se lo impidieron los aplausos del público, hartos de su verborrea.

Es de alabar el formato de mesa redonda entre representantes de las administraciones y los colectivos hosteleros donde, una vez más, salió el asunto de esa futura escuela de hostelería profesional. Todos la apoyan, ¿la llegaremos a ver?

 

Sigamos viendo la vida de color de rosa, pues son muchos los premios importantes que se vienen para esta tierra. En las últimas semanas, el hipercompetitivo cocinero Toño Rodríguez, de La Era de los Nogales, ha sido nombrado Cocinero del año 2004. Una importante distinción que se suma a las muchas obtenidas en los últimos años.

El restaurante Mas’ Torres se ha revelado como el sitio donde se hace el mejor cachopo del mundo 2024, más que meritorio en nuestra falta de tradición en esta especie de sanjacobo ilustrado. Por su parte, un establecimiento del barrio de la Almozara, el Bar Chicago ha logrado elaborar el Mejor Torrezno del Mundo, siendo la primera vez que lo consigue un establecimiento no soriano. Donde no rascamos una importante es en los concursos de hamburguesas, y mira que las hay en Zaragoza, donde cada semana parecen abrir alguna.

 

Viendo los premios de la última edición de Descubre la trufa, parece claro que Gastro  Aragón colabora con los mejores establecimientos, o que los mejores establecimientos tienen en el bimestral una publicación de referencia. Como bien saben nuestros lectores, tanto Amontillado, finalista en Zaragoza capital como Palomeque, Mejor menú elaborado con trufa negra de Aragón, presumen de ser Gastroamigos, mientras que el ganador de la provincia, el Restaurante Río Piedra, en Nuévalos, y el Aragonia Palafox, Mejor propuesta gastronómica «Aragón Alimentos, reciben la revista cada dos meses.
Varios de los nuestros también destacaron en los Premio Horeca. El de Alimentos Nobles fue para Amontillado; el también gastroamigo, La Bodega de Chema, Mejor sala y Reivindicación de la Gastronomía aragonesa y Puesta en valor Teodoro Bardají. Y mención Vivir la Gastronomía para Mas’ Torres .

 

A vuelta de página no puede este tapao sino retomar su condición de escorpión, aunque pierda la vida –o la página– por ello.
Los eventos gastronómicos en los que aparece nuestra alcaldesa, Natalia Chueca, son, cuanto menos, chocantes. Presentábase ese itinerante concurso de tapas, Saborea nuestros barrios, organizado curiosamente por la Cámara de Comercio de Zaragoza, que reunió –como si de a golpe de pito se tratara– a lo más granado de la hostelería y gastronomía local, amén de representantes de barrios y distritos. Eso sí, me cuentan que los mariachis –perdón, los periodistas e informadores gastronómicos– tuvieron que enterarse de los intríngulis del programa gracias a la nota de prensa que ahí repartieron. Pues los discursos poco aclararon. Eso sí, los precios de la ruta, como en el centro, todos iguales, tapa y bebida por cuatro euros, que no está mal.
También hubo llamadas para reunir gentes en el acto de cierre del primer programa piloto del mercado de San Vicente de Paúl. Había menos gente que cuando se presentó hace unos meses, pero más jefes, entre ellos la propia alcaldesa y Ángel Samper, el consejero del ramo. Apenas se vieron representantes de las figuras de calidad ubicadas fuera de Zaragoza y bastantes menos productores. Esta vez la amable presión no funcionó, a pesar del generoso cóctel que se sirvió.
Optimista la alcaldesa que generó alguna confusión entre los 7000 visitantes a las actividades –con repartos gratuitos de roscones, bolitas de longaniza, chocolate y dulces– y los nuevos clientes que se han logrado para este mercado, que apenas tiene abiertos la mitad de los puestos disponibles.

 

Seguimos con el lío de las concesiones hosteleras institucionales. Que sepamos, está disponible el bar de la ONCE; también ha cerrado el del Museo diocesano, Alma Mater; los alojados en el Colegio Mayor Cerbuna deben seguir buscándose la vida la vida para alimentarse; el Teatro de las Esquinas continúa sin bar restaurante; y la facultad de Filosofía y Letras se abre sin la preceptiva cafetería, cuyas instalaciones están vacías. También sigue vacante el servicio del edificio Pignatelli ‒cinco años ya‒, sede de nuestro Gobierno, al que sumará pronto el bar del CITA, cuyo concesionarios no pueden asumir las nuevas condiciones, dejando a todo el Campus del Aula Dei sin servicio. Eso sí, sus señorías ya disponen de bar y restaurante en las Cortes de Aragón.

 

¿Cuándo serán las próximas elecciones al Comité?

¿Por qué algún concurso de tapas lo organizan otros?

¿Disminuirán las terrazas en Zaragoza o superficie?

¿Por qué no clausuran ese funesto programa de TVE?

¿Es mala suerte que salgan los lomos de lubina crudos?

¿Cuándo y por qué el cocinero se ha cambiado el nombre?