Dicen que existir existen, más o menos como los gnomos del bosque, cuando te comes una seta chunga del entorno. No negaré que es una tapa liante y por lo cual no productiva, pero la felicidad que da encontrarte con trabajos bien pensados y sencillamente ejecutados, eso nena, puede ser un ticket para el carrusel de «a mí me encantan mis clientes».

Es muy fácil comprarlos, mucho menos elaborarlos y darles fantasía, por eso este artículo va a salir con siete menos uno y con algo de cabreo que no va a arreglar nada.

La variedad de sus rellenos es lo que la hace universal y popular. Pongo en lo más alto el de tortilla de patata que, llevado al horno, se cuajaba dentro del pimiento. Aún lloro. Sobre los demás os lo vamos a contar ahorita mismo señora. Empezamos.

 

En La Petaca –Pº de Sagasta, 53. 50007 Zaragoza. 976 453 997– saben jugar muy bien sus tapas, no en vano cuatro platos avalan sus triunfos en concursos de la ciudad, pero hay uno que gana por goleada y es la dedicación y amor a su profesión. Cuando te sirven una te sirven a un hijo y eso suma. Alejandro y su familia se dedican a esto y sin complejos son capaces de ofrecernos un relleno de champiñones & gambas sobre una salsa de piquillo y sal ahumada, para rebozarlos finalmente en un finísimo velo en tempura. Póngame dos más.

 


En Son de Luz –Miguel Servet, 9. 50002 Zaragoza. 876 161 512– a Patricia no se le pone nada por delante y presume de una barra casera y de unos clientes a los que alimentar sanamente. Lleva diez años por el barrio y la siguen queriendo. Nos los presentó con un relleno de merluza & gambas sobre una salsa Aurora –con tomate y algo de nata– y unos rallaos de balsámico de vino tinto. ¿Es o no una declaración de intenciones?

 

Periflus Tapas Bar –Pl. del Jardín, 1. La Almunia de Doña Godina. 687 153 292– no está en Zaragoza. Como nos daba pereza cochina ir llamamos al embajador para estos menesteres, J. A. Rojo, le contamos la película y nos dijo que sí. Es un bar amante de los fritos bien hechos y con el pimiento no iba a ser menos pero con una variante, el pimiento es verde. Relleno de una bechamel con carne & cebollica, con un fino rebozao de pan rallao del que tanto presumen, les avala para tener tan contentos a sus parroquianos. Un abrazo Flori.

 


En El Rinconete –Bilbao, 13. 50004 Zaragoza. 675 989 350– los pimientos aparecen y desaparecen según sentencia la cocina. Tienen un menú donde a veces están y, como lo saben, ponen unos cuantos en barra para que desaparezcan. Si eres de los que das vueltas y aparecen pues tienes ante ti un pimiento de relleno clásico con su atún, huevo duro y demás cositas. Incluso quise saber la salsa, pero Rafa, negociador duro, comentó que la tenía en la caja fuerte junto a la de la Coca Cola. Lo dicho hay que pillarlos, pero merece mucho la pena. Viva el vino.

 

Iker Mensuro, en el bar La Peña –María Moliner, 19. 50007 Zaragoza. 976 271 453–, tiene a bien desafiar a la gravedad los martes y los jueves y el resto de días hacernos chiquiticos ante sus propuestas gastro. En un bar de dimensiones pequeñas y una decoración anclada en el tiempo es capaz de ofrecernos unos pimientos rellenos de longaniza & pacharán. ¡Exacto! Así me quedé yo cuando me lo contó, pues no lo adiviné, un relleno tan ligero que al tenedor le venía justo para abrazarlo. Sobre la salsa a base de piquillo y cebollino cortado viene bien para aterrizar el plato a la altura de los mortales. Tenemos que ir a merendar.

 


J. Viela nos recomendó muy entusiasmado este local y si es así es motivo de júbilo, La Trastienda Gastro-Taberna–José María Lacarra de Miguel 18, 50008 Zaragoza. 976 055 459–. Cuando se hacen las cosas bien y no se presume, esa humildad te hace grande. Jorge nos presentó, iba a decir unos cuñaos, unos pimientos rellenos de bacalao con un muy ligero reboce crunch, que estaba muy rico y una salsa mezcla de tomate y piquillo muy sabrosa, eso sí, todo acompañado con una sonrisa a pesar de que el mozo no tenía respiro. Lo cual es bien.

Y hasta aquí ha llegado la comunidad del piquillo. Los que os he presentado son hosteleros que trabajan para sus clientes y su deleite, con resultados muy positivos. Todos tienen en su conciencia que el cliente salga satisfecho, porque, de lo contrario, ellos tampoco lo están. Apuestan diariamente por el rock n’roll para que las miradas ya sean de amigos. Sigan así, dando ejemplo.

Rechacen imitadores y farsantes.