Si el año pasado, el movimiento Slow Food rindió un merecido homenaje a la familia Yus Lou, como agradecimiento al trabajo realizado en pro de la biodiversidad desde su pueblo turolense de Muniesa, este año, nos hemos acercado a Leciñena, en la comarca zaragozana de Los Monegros, para reconocer a la familia Marcén Murillo, sus denodados esfuerzos en la recuperación de unas variedades autóctonas de trigo blando –el llamado Aragón 03 y el Florencia Aurora– que estaban a punto de desaparecer al ser sustituidas por otras variedades comerciales.
El matrimonio Daniel y Mercedes, han volcado su amor por su territorio con su trabajo, duro, constante y enriquecedor que han sabido transmitir a sus hijos Ana, Laura y Jesús. Pero, es justo que nos remontemos a más de treinta años atrás, y comencemos nombrando a Juan José Marcén, primo de Daniel, porque fue quien dio la voz de alerta sobre el riesgo de desaparición de la variedad de trigo autóctona Aragón 03 de su localidad, perfectamente adaptada al secano y con menor proporción de gluten que las nuevas variedades que se estaban imponiendo.
Con ese afán de las personas que sienten verdadero amor por su tierra y por sus señas de identidad, consiguió que no se dejara de cultivar, se puso en contacto con otros vecinos cercanos, como los Laviña, Forcañada, Alcubierre… que todavía conservaban estos granos. Convenció a su familia para que lo cultivaran, lo molieran en molino de piedra y lo amasaran para elaborar un pan que volviera a tener el sabor de antes y una repostería artesanal que se distingue por su calidad nutritiva y gustativa, en la que sus ingredientes, además de ser ecológicos, se incorporan según sean de temporada.
Cuando Jorge Hernández, fundador y presidente de Slow Food Aragón, en aquellos años, conoció la relevancia del producto que esta familia se había empeñado en devolver a la vida, comprendió que el trigo Aragón 03 tenía que ser incluido en el proyecto Arca del Gusto para protegerlo, porque cumplía todos los requisitos representando a esta comarca monegrina.
Con este homenaje que tuvo lugar en Leciñena el pasado 20 de abril en el Santuario de Nuestra Señora de Magallón, quisimos agradecer a nuestros socios, creadores de Ecomonegros, la gran labor realizada desde hace 18 años. Se proyectó un video desde los comienzos de su aventura, una aventura que nos beneficia a todos. Después de la bienvenida a todos los presentes por parte de Amparo Llamazares, presidenta de Slow Food Zaragoza, tomó la palabra José Miguel Martínez Urtasun para aportar unas notas gastronómicas de lo que debe ser un pan de calidad. Ana Marcén, puso la guinda interpretando su canción Hoy es el mejor día.
En la explanada, celebramos el acontecimiento con un perolico de migas –mezcla de Aragón 03 y Florencia Aurora– y un brindis con el vino Sed de la Bodega Vino del Desierto de Lanaja.
Porque amasar un pan y escribir un cuento
son cosas muy parecidas.
Porque repartir un pan entre todos y leer un cuento en voz alta
son las más antiguas costumbres del amor.
Liliana Bodoc