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Declaración de Slow Food en el Día Mundial de la Alimentación 2024

 

«Hoy, Día Mundial de la Alimentación, celebramos el derecho a la alimentación como parte fundamental de una vida mejor y un futuro más brillante. Slow Food se reafirma en su convicción de que la alimentación puede ser un puente hacia la paz y aboga por un mundo en el que el acceso a los alimentos y a los recursos necesarios para producirlos esté garantizado para todos, especialmente para quienes viven en zonas de conflicto.

Pedimos el fin inmediato de toda violencia en los conflictos en curso, incluidos los de la Franja de Gaza, Sudán, Líbano, República Democrática del Congo, Ucrania y Yemen. Nos oponemos firmemente al uso de los alimentos como arma de guerra e instamos a que se entablen negociaciones inmediatas para lograr soluciones justas y dignas que fomenten la paz y el respeto para todas las personas.

Somos testigos de las consecuencias diarias de la crisis climática: los glaciares se derriten, los ríos se secan, las olas de calor extremo se intensifican y las inundaciones violentas, los huracanes y los tornados son cada vez más frecuentes. El aumento del nivel del mar amenaza la supervivencia de las comunidades pesqueras, y la acidificación de los océanos está creando condiciones hostiles para la vida marina. La pérdida de biodiversidad y la desertización incontrolada están aumentando a un ritmo alarmante. Con demasiada frecuencia, las comunidades pierden la libertad de utilizar sus semillas tradicionales debido a la apropiación científica de semillas, razas y materiales de siembra autóctonos por parte de las empresas agroalimentarias.

Sin embargo, dentro de la red Slow Food, vemos cómo la adopción de prácticas agroecológicas puede marcar una verdadera diferencia. Desde los huertos de Slow Food en África hasta el corazón de Brasil, donde el pueblo Sateré-Mawé fue galardonado el año pasado con el Premio United Earth Amazonia por sus esfuerzos para garantizar la soberanía alimentaria y proteger su supervivencia cultural y física en una región de 8000 kilómetros cuadrados, todas estas medidas son esperanzadoras.

Con este espíritu, Slow Food ha firmado el Manifiesto de los pueblos sobre el derecho a una alimentación y nutrición adecuadas, que pide medidas políticas urgentes para acabar con el hambre como arma de guerra, hacer frente a la inseguridad alimentaria, combatir la desigualdad y transformar los sistemas alimentarios de todo el mundo. El Manifiesto insta a un cambio hacia la soberanía alimentaria, la agroecología y la protección de los recursos naturales compartidos. También hace hincapié en la necesidad de una mayor participación social y responsabilidad en la toma de decisiones a nivel mundial para garantizar el derecho a una alimentación y nutrición adecuadas para todos».

Edward Mukiibi, Presidente de Slow Food

 

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