Cien números, que se dice pronto, hurgando en los entresijos de la actualidad gastronómica y alimentaria, que da para mucho. Y más que lo haría si este tapao no temiera en ocasiones por su integridad, tanto física como moral. El caso es que, quince años después, 22 si sumamos los números de Sabor de Aragón, uno ha conseguido mantener tapada su identidad. Por mucho que circulen las apuestas nadie conoce la identidad del tapao, si murió y fue sustituido, si es uno o trino o, si desde hace tiempo, ha sido sustituido por la inteligencia artificial. Todo es posible.

Escribíamos en aquel mayo de 2002 que «el principal problema de la gastronomía aragonesa no es otro que la incultura. Lo saben todos, pero pocos se atreven a decirlo/escribirlo en público». ¡Qué poco cambian las cosas! Aludiendo al título primigenio de esta sección, Asando mantecas, ya en Gastro Aragón, escribía uno que se trata: «de una improductiva operación coquinaria que no produce más que el aroma de la grasa, desperdiciada, que cae al fuego. Metáfora, como habrán perspicazmente deducido, de muchas de las operaciones gastronómicas que nos rodean y que iremos convenientemente comentado cada mes». Ahora, cada dos, que es lo que significa bimestral; bimensual significa dos veces al mes, por cierto.

 

Hemos vivido unas intensas semanas repletas de presentaciones y fiestas que, en algunos casos, ponen de manifiesto la mala educación de mariachis comunicadores, hosteleros y demás canaperos. Se presentó en Espacio Emboca –donde este año no faltó el cava, catalán pues patrocina a la organización, y, como no estaba Carmen Urbano, nadie se escandalizó– con la asistencia del vicepresidente del Gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco, del que apenas se pudo escuchar alguna palabra suelta, dado el ruido ambiental. Tampoco es que dijera gran cosa, más allá de los consabidos tópicos, ni que haya asumido las competencias de Turismo y Hostelería –que seguro que le gustaría, como todas las demás–. Resulta que el responsable del ramo, Manuel Blasco, se encontraba por Colombia, promocionando nuestra comunidad, como está haciendo por México, Chile, Argentina y Uruguay.
Una buena idea, pues aunque no vengan de propio, el turismo latinoamericano sí viaja, y con mucha pasta, a Madrid y Barcelona. Así que se trata de que estiren un poco el viaje y pasen algunos días por aquí. No es mala idea, porque a estos adinerados viajeros les va la marcha religiosa y aquí tenemos el Pilar y Torreciudad.

Donde sí se vio a la Urbano fue en la fiesta del décimo aniversario de Enjoy Zaragoza, que trajo de calle a sus responsables, con Ángel Moreno a la cabeza. Se pasó toda la mañana rezando para que lloviera todo y la tarde quedara despejada y seca; sus oraciones fueron escuchadas, por más que hubiera plan B. El jardín del Palacio de Larrinaga fue el escenario del acto, atendido perfectamente por el catering de El Cachirulo y hasta hubo una pantalla para ver el primer partido de España en la Eurocopa. Pocos estuvieron atentos al fútbol, pues los poco más del centenar de asistentes, vestidos de gala, representaban lo más granado de nuestra gastronomía y comunicación, entre otros sectores. Relaciones manda.
Este tapao, que siguió la fiesta –y el partido– desde la verja, pues no pertenece al selecto club de amigos de Enjoy –ya le gustaría– vio como nuestro presidente Azcón iba pidiendo tabaco a los fumadores allí presentes. ¡Ay, el estrés del poder!
Por cierto, de los diez restaurantes que los seguidores de Enjoy han señalado como emblemáticos de Zaragoza, tres son colaboradores activos de Gastro Aragón: La Bodega de Chema, Palomeque y El Chalet. Allí nos pueden leer, aunque nos gustaría mucho más que se acercaran a cualquier kioscos aragoneses y la adquirieran. Por menos de lo que valen dos cañas y el placer dura más tiempo.

Más fiestas, la de la entrega de premios al Mejor Ternasco de Aragón fue muy larga, debido al elevado número de distinciones que se concedieron, hasta 38 a repartir entre 72 concursantes. Alguno se molestó, tras desplazarse varios centenares de kilómetros y llevarse una simple mención.
Al menos pudieron disfrutar, algo apretados, del cóctel, donde no faltó el ternasco, obviamente. Servido por La Bastilla, había platos como Roast lamb con ajo y romero, Dado de paletilla asada con crema de patata, Dama de ternasco asada y caramelizada con shiitakes y Minipita de ternasco asado con pimiento verde.
Durante las obligadas palabras de presentación, algunos se liaron entre lo que es una DOP, como el Jamón de Teruel, y una IGP, precisamente lo que es el Ternasco de Aragón y otra, la presentadora, nos llevó años atrás cuando el departamento era Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. ¿Y si nos llevamos una chuleta?
Di que la DOP Somontano, hasta que rectificó largos minutos después convirtió a Ángel Samper, bastante ausente estos meses, en consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Volviendo al ternasco. Tomó Gabi Orte Chilindrón, una foto del ternasco asado en El Rinconcico, de Mora de Rubielos, hace ya unos años –establecimiento que, por cierto, no la usa en sus redes– que ha dado la vuelta al mundo; debe ser muy buena –o muy fácil de robar– porque rueda por decenas de webs de toda índole y condición. Lo descubrió este tapao al advertir que dicha imagen ilustraba una publicación de la Ruta del Vino Calatayud felicitando al Mesón de la Dolores, que fue designado el Mejor ternasco asado de Aragón. Los del vino, quizá por él, en lugar de utilizar la fotografía facilitada por la organización, recurrieron a internet.
Como el portal Halalflash, que como bien saben los lectores de este tapao se dirige a los musulmanes y exige un tipo de sacrificio que no se incluye en los pliegos de la IGP Ternasco de Aragón. Ilustra también los platos de Casa Tere, restaurante de la provincia de Castellón, en un reportaje de Castelló, turisme y gastronomía. También el Valle de Benasque, en su web, se apropia de la fotografía, no sin recoña. «El Ternasco del Valle de Benasque habla en clave de sostenibilidad. Habla de una ganadería extensiva que aporta un gran impacto positivo y beneficios medioambientales al territorio». Incluso llega a cruzar el Atlántico, pues es «comida típica» en Los Portones de Isla Mocha, nada menos que en Chile.

Más fiestas. El presidente de Aragón tampoco se perdió la del 40 aniversario de Martín Martín, en la que uno sí pudo colarse. No faltaron los afamados aperitivos de la casa, ahora incluida en el grupo Flamen&Co, ni vimos fumar a Azcón. Que sí estuvo en la de apertura de Casa Pascualillo by La Senda, pues resulta que es muy amigo de Guillermo Vela, que estuvo en su boda.

Entrañable resultó la fiesta de los también cuarenta años de Frutas Javier Mené, que casi reúne a más cocineros que en su propia celebración, en la que hubo algo más que verduras. Es lo que tiene ser un simpático abuelito. Como la de entrega de premios Tapas de 10, como siempre en los jardines de la Bodega Viñas del Vero. Con escasa presencia de dirigentes socialistas –¿tanto se les ha atragantado la pérdida de la Diputación?–, es el mejor momento del año para disfrutar de la compañía de los cocineros oscenses, que tan bien se llevan entre ellos.

¿Cuándo Gastro Aragón nos alegrarás con una fiesta? Los centenarios hay que celebrarlos.

 

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