Icono del sitio iGastro Aragón: Noticias de gastronomía en Aragón

TINTA DE CALAMAR. El robot no está preparado (pero casi)

Tinta Calamar logo

 

Lleva quien les escribe unos cuantos meses experimentando con inteligencia artificial, IA, –tan de moda– en el aspecto musical. Haciendo canciones. La verdad es que con un resultado asombroso. Dándole a la IA unas pocas pautas musicales el resultado puede ser sorprendente. He logrado hilar tan fino como para obtener por ejemplo la canción Corazón partío, de Alejandro Sanz, tocada en modo orquesta de swing de los años 20 y cantada con una voz similar a la de Luz Casal. Experimentos, pero la verdad es que el resultado es asombrosamente bueno.

Como no podía ser de otro modo, tras haber hecho canciones y canciones, me picó la curiosidad. «¿Habrá una app de este tipo para cocina?»

La hay. Obviamente la puse a prueba.

Encontré una inteligencia de estas a la cual le das unos ingredientes y ella te da una receta.

No se lo quise poner sencillo del todo ya que supongo que si le das los ingredientes de unos callos a la madrileña, te va a hacer unos callos a la madrileña.

Le pasé los ingredientes de una receta muy sencilla aunque resultona y original que yo suelo hacer. Son unas sardinas con escabeche ligero de limón y cilantro. El resultado que yo obtengo en la cocina es un escabeche muy suave en el cual sustituimos el vinagre por zumo de limón y tienen un toque que nos recordará al mojo verde canario.

Ingredientes: Sardinas, limón, aceite de oliva virgen extra, cilantro, ajo y comino.

Enter y a esperar el resultado.

Para ser la primera vez que pruebo, en verdad decepcionante. Me ha recomendado juntar todos los ingredientes excepto las sardinas, pasarlo todo por la batidora, echarlo por encima de nuestros clupeidos, macerar treinta minutos y asarlas al horno.

A ver, como receta supongo que vale, pero acostumbrado a lo que este ser abstracto es capaz de hacer con la música, esto me ha sabido a muy poco. A cocinero sin ganas de trabajar, la verdad.
He sentido la necesidad de darle una segunda oportunidad. Se lo he vuelto a complicar y ojo, que esta vez nuestra amiga va afinando. Le he colado los ingredientes de una clásica sopa tailandesa de pollo y leche de coco, y lejos de prepararme la receta trampa a la cual yo le he intentado obligar, me ha salido con un guiso de pollo con leche de coco, lima y cilantro que así a primera vista, juraría que funciona.

Por ahora –y digo por ahora–, un cocinero no es sustituible por este Terminator pero me asombra la cantidad de posibles ideas que nos puede darla máquina en esos días en los que Calíope, Terpsícore y compañía no nos acompañan.

Del mismo modo que para el tema musical, la IA no ha de verse como un enemigo para el compositor, sino como una ayuda. Creo que la futura aplicación a cocina de la misma a de contemplarse así también.
«¡Cambiará usted de opinión cuando un robot le quite el puesto trabajo!»

Bueno, es probable. A no ser que este sea Rachel, la replicante de Blade Runner. Aunque creo que eso ya… es otra historia.

Salir de la versión móvil