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VINOvidiVINCI. Otra vendimia que concluye

 

 

Las cuatro denominaciones de origen vitivinícolas tradicionales aragonesas han dado por finalizada la vendimia y han lanzado ya sus correspondientes informes de la recién finiquitada cosecha. Digo tradicionales porque hace unas semanas Urbezo pasaba a formar parte ya de este cuadro protegido que incluye también a Pago de Aylés aunque, en Aragón, como bien saben ustedes, hay una amplísima y excelente retahíla de bodegas que están acogidas a otras figuras de protección, de las que ya hablaremos.

En lo que respecta a Calatayud, Campo de Borja, Cariñena y Somontano, las de toda la vida –sin desmerecer en absoluto a nadie, válgame el señor– este cuarteto ha recolectado un total de 99 millones de kilos de uva, algo menos que en 2023, que se cerró el año con 106 millones, y bastante menos si lo comparamos con 2022 ya que por aquel entonces se obtuvo una producción final de 132 millones.
La principal dominante, común a muchos de los viñedos de esta comunidad, ha sido la sequía. De esta manera, por ejemplo, el Campo de Borja acusó el verano seco ya que las precipitaciones tan solo alcanzaron los 91,4 litros/m2 en los distintos parajes de la denominación, lo que viene a ser 50 litros inferior a lo habitual. Así pues, las primeras estimaciones de cosecha fueron inciertas pero los viñedos proporcionaron 22 millones de kilos de uva, cantidad similar a la de 2023 y ocho millones menos –el 25%– respecto a la media de la última década.

Calatayud, por su parte, terminó la vendimia en los últimos días de octubre y, en total, han sido seis los millones de kilos de uva que han entrado en las bodegas de la denominación de origen. Se trata de una cifra inferior a la prevista inicialmente dadas las intensas lluvias registradas en el pasado mes de septiembre. Se adelantó el cierre de la campaña pero se pudo realizar una buena selección en el campo y en la bodega separando los racimos en función, entre otros factores, de la colorimetría y los taninos.

Por volumen, Cariñena terminó la vendimia con 56 millones de kilos, un 3,3% más que el año pasado, puesto que se recolectaron 52 millones. La campaña se inició el 12 de agosto con las variedades chardonnay y garnacha blanca y poco a poco fueron llegando las primeras tintas como merlot y tempranillo. La campaña de 2024, de nuevo, ha estado marcada por precipitaciones inferiores a la media durante todo el año y unos meses de julio y principios de agosto muy cálidos que adelantaron el inicio de la recogida.

Por su parte, Somontano –que ha cumplido su vendimia número cuarenta desde que nació como denominación de origen– ha aportado quince millones de kilos siendo una zona que también ha acusado un descenso productivo con respecto al año anterior; se cosecharon 19 millones en total. La de 2024 será recordada no por la sequía, sino por las abundantes precipitaciones registradas durante todo el año, ya que del 1 de octubre de 2023 al 31 de septiembre de este 2024, cayeron más de 600 litros por metro cuadrado. Para unos sequía y para otros, gran remojada.

Ahora que está todo el fruto recepcionado, las bodegas aragonesas con denominación de origen están extrayendo las mejores calidades para marcar su diferenciación tanto en el mercado nacional como sobre todo en el internacional, donde las exportaciones vacilan con una incierta inestabilidad. A pesar de todo, el sector respira optimismo y deposita todos sus esfuerzos en la comercialización de los vinos que ya lucirán el año 2024 en su etiqueta.

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