Como decíamos ayer… ¡pues nohijano! Resulta que han pasado ya dieciséis años y aquí estamos tan pimpollos como el primer día. En cien números pasa de casi todo, conocemos bares de casi de todo y os ofrecemos tapas de casi de todo. La idea es recorrer por esos BaresQueLugares siete locales con historia con sus tapas reinonas, las de toda la vida. Sé que me voy a dejar alguno, pero sin mala leche, simplemente crecieron conmigo y por supuesto hoy sigo visitándolos.

La hostelería ha cambiado, pero cuidado, las tapas que os propongo son viejunas, siguen enamorando a mayores y los no tanto, son caballo ganador.

Con algunas diréis «esa la conocía», «esa no», «eso qué es», «¿en qué lugar se enamoró de ti». Son la vida misma y patrimonio e historia de esta nuestra Zaragoza maña. Comencemos.

 

En el Bar Amblas ‒Tarazona, 2. 50017 Zaragoza, 976 332 533‒, reina la tranquilidad en su espacioso local, menos a la hora de la merienda, que aquello huele que alimenta. Qué mejor que con unas sardinicas escabechadas marca de la casa ‒enharinar, freír y escabechar en proporción adecuada con vinagre y agua, ajos, perejil y al tercer día resucitó‒. Con sesenta años en el candelero, hoy Ana, descendiente de Trinidad y Andrés, sigue ofreciendo las mismas cosas que cuando empezaron sus padres. Buen producto, fieles a la tradición y una bonita sonrisa.

 


En La Cepa Dorada ‒Asalto, 3. 50002 Zaragoza. 659 280 284‒ habrás cantado, tocado y bailado por partes iguales durante 41 años de la mano de Pilar y Víctor. Pero para reponer el tono, entre otras cosas, tienen una batida de mejillones de lata que sigue enamorando, picadillo, una especie de salsa americana y rebanada de pan, la merienda de los campeones. El local es una taberna aragonesa llena de encanto donde los parroquianos arremeten por pasodobles, jotas o todo a la vez, el guiñote es religión y Juan el director de pista de la fiesta.

 


Decir que desde 1887 llevan haciendo tortilla de patata ‒sin cebolla‒ en el Bar Circo ‒Blancas, 4. 50001 Zaragoza. 972 24 151‒, igual es mucho, pero los chavales lo llevan escrito en los chalecos y aquí un menda era solterito y casadero cuando ya la disfrutaba. No podemos decir que son fluidas, pero tampoco ladrillos, siempre en término medio. No importa el tiempo que tardes en volver, el punto es ése. Cuando pides un pincho no te garantiza que la tortilla que sale sea para ti; el de al lado ya está relamiendo y tú con más cerveza a esperar. Bendita espera.

 


Bar Navarro ‒Pº Echegaray, 1. 50010 Zaragoza. 976 331 039‒, ovación y salero, todos de pie. La salmuera es una religión y como le decían a aquel, si no sabes torear pa’ que te metes. Saber lidiar con ellas desde 1967, primero el señor Julián y hoy el amigo Manolo resume una vida dedicada a sus clientes. Sabida es mi procesión por ellas y cada vez que me garbeo por ahí, me salen lagrimitas y me gusta. El local está parecido a cómo empezó y dentro de la barra hay una cortinilla, que dudo sea del Ikea, donde detrás se esconde gente amable para ofrecerte lo mejor del país de las maravillas. Reserven & saboreen. Algún día un tal Remartínez tendrá que escribir de esto.

 


Pues esto que viene un día el cuñao y me dice vamos a tomar un guardia civil; yo, prudente y pío, acepto sin vacilar. Los ángeles se amontonaron e incluso oía cánticos. Se había inventado un delirio y Vicente estaba allí para evangelizarnos. A día de hoy llevan en la Taberna El Lince ‒Pl. Santa Marta. 50001 Zaragoza. 976 290 934‒, más, menos, 52 años y sigue siendo top top de la ciudad incluso a sabiendas que es la tapa más fusilada de la ciudad; no hay bar que no tenga su versión. Empezaron con solo, con tomate, con pepino, con pimiento, con todo, con picante, con limón… con muchas ganas que es como mejor sabe.

 


En La Bodega del General ‒Catania, 5. 50006 Zaragoza‒, el amigo Felipe y sus chicos siguen haciendo las cosas pues como en 1979, cuando abrieron. Era yo un greñas e iba de traca por la zona, cuando para reponer espiritualidad, uno de los conjuros era la ensalada del General. Conocimos los espárragos gordotes, el escabeche a tacos y los tomates siempre ricos. Pues bien, hoy igual. Todo se ha popularizado, pero en la retina queda eso. «¡La de latas de escabeche que llevaré abiertas!», sabedor de que era un producto rallando lo exclusivo. Un Grande de Zaragoza.

 


Casa Juanico ‒P. Santa Cruz 21, 50003 Zaragoza, 976 397 252‒ es historia en esta ciudad, llevan abiertos desde 1929 y presumiendo de su jamón con chorreras desde hace 56 años, ojito con la tontada. ¿Señora Rogelia, cómo es que se inventó esa tapa? No sé hijo tuve un antojo por la noche, en el embarazo, me apetecía… Hoy con una barra repleta de cosicas, el huevo duro, con queso y jamón dulce, rebozado en orly no falta y ni falta hace que falte. Por si era poco el señorío nos la llevamos a la Expo de Sevilla 92 en representación de Aragón. Gracias a ti también Michel.

Decir que ha sido un gustazo enorme, cuan melón de agua, el repasar para este número cien, estos locales zaragozanos de rancio abolengo que nos siguen aportando felicidad, que deberíamos organizar una verbena y sacarlos a todos a bailar, porque han trabajado mucho para hacernos bailar a nosotros.