LAS LUCES es un vino muy complejo, una elaboración que solo puede hacerse cuando la climatología y las añadas brindan la oportunidad de elaborar grandes vinos


La etiqueta de este vino contiene un fragmento del relato que Espido Freire ha escrito para Las Moradas de San Martín

 

 

 

Las Moradas de San Martín ha presentado ‘LAS LUCES. LIBRO DIECIOCHO’, su vino más exclusivo, del que solo existen 3.117 botellas. Un vino de garnacha centenaria, 100% ECO y vegano, que se elabora en aquellas añadas excepcionales que lo permiten, como la 2018. Un año que será recordado por los contrastes, con un otoño muy cálido y seco, un invierno de frío moderado, y una primavera muy fresca, así como un verano suave. El resultado es una añada de gran calidad que ha dado lugar a un vino redondo y aromático, con vocación de guarda.

La gama ‘LAS LUCES’ nació en 2007 como un vino personal, capaz de plasmar la esencia de la garnacha de más de cien años, de la forma más natural y respetuosa posible. Un vino muy complejo, cuya elaboración solo puede hacerse cuando la climatología y las añadas brindan la oportunidad de elaborar grandes vinos. Así, ‘LAS LUCES. LIBRO DIECIOCHO’, el vino tinto más exclusivo de Las Moradas de San Martín, plasma la esencia del terroir de la parcela “La Centenera”, con cepas de más de un siglo de antigüedad.

Situado en un altiplano de montaña en la vertiente madrileña de la sierra de Gredos, la parcela “La Centenera” se encuentra a casi 900 metros de altura sobre suelos graníticos, arenosos de arcosas e ígneas con mucho afloramiento rocoso. “Esta arena suelta permite a las raíces de nuestras garnachas profundizar a más de 2,5-3 metros para buscar agua y mantener su calidad en los meses más secos del verano, acostumbrada al secano tradicional”, explica Isabel Galindo, directora técnica de Las Moradas de San Martín.

Plantado en 1908 con una superficie de 3,16 Has, este viñedo cuenta con fuertes vientos frescos del noroeste, coronando un altiplano de montaña, con pH ligeramente ácido, formación en vaso y estricto secano. Este terroir tan particular proporciona la esencia de Las Moradas, materia prima que madura mejor por el contraste térmico día/noche, los vientos, la presión y esos suelos tan pobres en materia orgánica que equilibran una baja producción, pero de diferenciada calidad. “Así obtenemos una uva de una calidad excelente, con impecable acidez, buena maduración y gran equilibrio y estado sanitario que nos da unos vinos excelentes y muy personales, que envejecen muy elegantemente en el tiempo”, explica Galindo. Un viñedo que la bodega madrileña trabaja mediante técnicas ecológicas y biodinámicas, contando con certificación.

Respecto a la añada, el 2018 se recordará como un año de retos y contrastes. “Comenzó con un otoño cálido y seco, seguido de un invierno típico de nuestro clima mediterráneo continental donde, además de frío y lluvia, el viñedo se vio envuelto en nieve”, explica Galindo. Por su parte, la primavera fue inusualmente fría, e incluso se vivieron dos granizadas significativas que dañaron pámpanos y racimos antes de la floración, provocando rebrotes y una maduración diferenciada entre los racimos principales y secundarios. Finalmente, el verano fue suave y, a pesar de las roturas y las lluvias, los vientos del noroeste evitaron la aparición de enfermedades.

De este modo, la garnacha engordó en el último momento alzando mucho los rendimientos, y a su vez manteniendo una excelente maduración. Estas características nos han permitido elaborar vinos muy redondos y aromáticos, consolidándose como una cosecha de gran calidad, en una añada que superó con creces nuestras expectativas. “Por eso, se decidió elaborar LAS LUCES, vino emblemático de la bodega que solo se elabora los años excepcionales, cuando la climatología y la añada te regalan esta oportunidad de elaborar grandes vinos”, argumenta la directora técnica.

Tras la vendimia manual, seminocturna y en cajas, se realizó una posterior selección en mesa. Y es que “solo si se garantiza una calidad excelente ya desde la entrada de la uva en la bodega se elabora con vocación de ‘LAS LUCES”, explica la directora técnica. Posteriormente, se separaron los raspones y se encubó directamente. Allí aguardaron las uvas hasta que, de forma natural con las levaduras propias, arrancó la fermentación, sin correcciones ni aditivos, realizando durante dos semanas controles de temperatura para no perder sus aromas y sin intervención para evitar extracciones. Después, pasó a barricas nuevas europeas de 500 litros de tostados ligeros donde realizó la maloláctica, sobre lías, también con bacterias autóctonas durante 20 meses y de forma espontánea. Posteriormente, pasan a redondearse en fudres de 1.450 litros durante 5 meses más hasta su embotellado. Además, ‘LAS LUCES’ pasó tres inviernos en bodega para limpiarse de forma natural. Finalmente, se embotelló sin clarificar, ni filtrar, en enero de 2021, un total de 3.117 botellas.

Así, la 2018 es considerada para ‘LAS LUCES’ como una añada de excelente acidez natural, “que hace su lenta evolución en botella, con mucha vida por delante”, indica Galindo. De color cereza y capa media, en él destacan los aromas varietales de bayas silvestres, con alta predominancia de balsámicos, regalices y grafitos con toques de bombón de licor. En boca es amplio, untuoso, con esa mineralidad típica de la uva en secano cultivada sobre sus suelos graníticos y rocosos, y ese final ligeramente amargo y de suave tanino propio de la garnacha. El resultado es un vino elegante y equilibrado, 100% ECO y vegano.

Para su etiqueta, se ha escogido un fragmento del relato que Espido Freire, una de las escritoras y personajes públicos más valorados del panorama español, ha escrito para Las Moradas de San Martín.

Desde el nacimiento de ‘LAS LUCES’, este vino solo ha podido disfrutarse en las añadas 2007, 2008, 2010, 2011, y ahora en 2018, convirtiéndose en la gran expresión de nuestras garnachas de Madrid