«Si no te ha gustado un vino, no puedes venderlo»
Es uno de los mayores distribuidores de vino en Aragón, «dedicado a comercializar experiencias del vino», como recuerda en su página web.
¿Cuál es la labor de un distribuidor de vinos?
La teoría dice que su función radica en la adquisición de vinos de diversas bodegas o productores para luego distribuirlos a una amplia red de restaurantes, bares, tiendas y otros establecimientos que venden vino al consumidor final.
Yo prefiero pensar que nos dedicamos a descubrir y seleccionar bodegas y sus vinos y después difundirlos entre nuestros clientes. Si no te ha gustado a ti un vino, es imposible después que lo puedas transmitir a los demás. Y, por supuesto, un buen distribuidor ha de conocer profundamente todos los entresijos del mundo del vino.
¿Cómo se llega a este oficio?
He estado relacionado con el mundo del vino desde niño. Mi familia viene de un pueblo de la Comarca de Cariñena y siempre hemos tenido viñas. Mis primeros recuerdos son en vendimia con mi abuelo y mi padre. Nos pusimos a elaborar nuestro propio vino y, ante la dificultad de comercializarlo, en el año 1995 decidí establecerme y crear mi propia distribuidora. Ya han pasado treinta años.
Porque, además, elabora vino
Sí. En principio mi familia siempre vendía las uvas a la cooperativa, pero, en 1993, con mi padre comenzamos a elaborar nuestro propio vino en la DOP Cariñena. En la actualidad tenemos vinos con nuestra marca en las cuatro denominaciones de origen aragonesas y un cava.
¿Cómo selecciona las bodegas que distribuye?
La fórmula tradicional es acudir a ferias nacionales e internacionales para conocer diferentes bodegas y productores, y catar sus vinos hasta descubrir los que te gustan. Pero para mí es fundamental ir a visitar la bodega, conocer al productor y, sobre todo , que haya algo detrás de un buen vino: una historia que contar, un paisaje, un viñedo singular, una manera de elaborar y un equipo humano detrás. Bodegas y distribuidores se necesitan mutuamente, son aliados , y es fundamental trabajar bien en equipo.
¿Nota cambios en los hábitos de compra?
Si. La tendencia global es la de consumir vinos con menos alcohol, menos potentes. Por eso notamos un aumento de las ventas de blanco en detrimento del tinto. Los blancos de menor graduación permiten consumirlos como bebida refrescante en momentos sin comida, como por copas en los bares, al mediodía o por la noche. Y es el vino más fácil de armonizar, el que mejor funciona con mayor cantidad de platos y productos. En cuanto al rosado, seguramente estamos en el momento en el que se están elaborando los mejores en nuestra historia y, paradójicamente, cuando menos se consumen.
¿Cuál es el futuro del vino en el restaurante?
El mercado ha cambiado mucho en los últimos años. Cada vez más las personas optan por menos cantidad y más calidad; buscan algo más que una simple compra, vivir una experiencia, lo que se ha convertido en un factor diferencial. Los que visitan un restaurante esperan un buen servicio y un conocimiento sobre los vinos que compran, con lo cual el servicio de sala va a ser cada vez más protagonista. Por eso es importante para nosotros formar cada vez más al personal, para que la experiencia en su establecimiento sea cada vez mejor.
¿Cómo es un día como distribuidor?
Lo bueno es que puede cambiar tu día a día en una misma semana. Desde uno que salimos con el equipo comercial a visitar una bodega y su viñedo, pasando por otro día que te pasas haciendo visitas comerciales a tus clientes, a otro en el que estás haciendo una formación o cata a profesionales. Además del trabajo propio de oficina y despacho.
¿Qué es lo que mas le gusta de su trabajo?
Sin lugar a duda, promover el mundo del vino en mi tierra. Organizamos una feria, Razimo, en la cual traemos a más de cincuenta productores nacionales e internacionales a Zaragoza para que durante una jornada den a conocer sus productos a más de 1200 profesionales de todo Aragón. Se degustan en un día unas 20 000 copas de vino y se hacen ocho masterclass impartidas por grandes profesionales del vino a sumilleres y restauradores. Todo ello con acceso totalmente gratuito a la gente del sector.
¿Y lo que menos?
Cuando, por ejemplo, a raíz de la pandemia o las diferentes crisis que hemos vivido, ves desaparecer establecimientos de hostelería o tiendas especializadas que lo hacen muy bien, les gusta y disfrutan su trabajo.
¿Qué vino nos recomendaría para una ocasión especial?
Una ocasión especial siempre es una buena razón para celebrarlo con champagne.