Menos mal que Javier Lambán en su discurso durante el acto institucional de las 75 vendimias de la Cooperativa Vinícola San Valero −como siempre sin papeles, y bien hilvanado− no se vino arriba, pero estuvo bien cerca de recordarnos al peor Rajoy cuando gritaba aquello de «¡Viva el vino!». El presidente no fue tan lejos, ni tan radical, y se limitó a decir que «confieso que el vino me gusta cada día más». Y no se sabe, si porque vio a varios entre los invitados, volvió a aludir al comercio con China como una de las salidas para nuestros caldos.
Por su parte, el ministro Planas, además de acertar de plano con las denominaciones vitícolas aragonesas −cinco, pues no se olvido del cava, además del Vino de pago de Aylés, que también citó− tranquilizó a la concurrencia ante los aranceles estodunidenses al vino, pues solamente afecta a aquellos que tienen menos de 14º de alcohol, con lo que se salvan muchos aragoneses.
Por la cuenta que le trae, el consejero Olona tiene muy bien aprendida la lección y no pierde vez para poner en práctica lo de Comparte el secreto. La última que le ha llegado a este tapao fue en la presentación del Careñena, el último vino de Bodegas Care, conmemorando el Centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Allí abogó para que este monovarietal de la escasa variedad cariñena, deje de ser «un secreto». Pero de presupuestos, todavía nada…
Es una lástima que los ejeanos no sepan/quieran disfrutar de lo que tienen en casa. Cuentan al tapao que menos de treinta personas disfrutaron de la excepcional interpretación del Ternasco de Aragón, que desarrolló David Fernández Piracés en la cena degustación celebrada la pasada semana en el restaurante Gratal. Más allá de familiares del cocinero y de representantes y amigos de las bodegas locales, amén de la prensa desplazada de Zaragoza, pocos se atrevieron a disfrutar de la experiencia. Y eso que el precio, 30 euros, era una ganga comparado con lo que se cobra en eventos similares.
Si Ejea quiere presumir de su agroalimentación, ha de comenzar por querer lo propio consumir en casa y potenciar los productos locales, sí, pero también sus bares y restaurantes. Algo que, por ejemplo, sí se aprecia en otras localidades, como Barbastro, que también apuestan por su agroalimentación.
Como muchos ya intuían la apertura del mercado Central se retrasa, al menos hasta el pròximo mes de enero. Parece ser que la responsable de mercados del consistorio zaragozano presionó a los detallistas para llegar al jueves, 28 de noviembre, la fecha prevista. Eso sí, ya tiene más o menos un culpable, Zentral Abastos, la empresa responsable de los establecimientos hosteleros del mercado −cuyo contrato se formalizó hace dos semanas, el 24 de octubre, por cierto, como si no hubiera prisa−, que también instalará un escenario en el interior y veladores en el exterior, tras un cerramiento de los arcos metálicos. El coste del retraso, eso sí, a medias entre Ayuntamiento y detallistas.
Los animalistas van ganando batallas. La ciudad de Nueva York ha aprobado una normativa por la que se prohíbe la venta de foie, precisamente en uno de los mayores mercados estadounidenses para este producto. En 2022 entrará en vigor esta medida que afecta no solo al millar de restaurantes que lo ofrecen, sino a los productores de la redolada que lo elaboran. Además de California, informa El País, que «Argentina, Austria, Dinamarca, República Checa, Finlandia, Israel, Turquía, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Suecia, Suiza, Holanda o Reino Unido ya han prohibido la producción, según Igualdad Animal. India también ha prohibido la importación.»