Negro, por el luto, está el chocolate aragonés. Esta misma semana han fallecido el inigualable chocolatero Lluis Morera, que compartía desde hace años con Inma Cascalló, la dirección de Chocolates Brescó, en Benabarre. Y también Lourdes Sarvisé, la esposa de Vicente Ascaso, de Pastelerías Ascaso.
Si en el franquismo nos proponían sentar un pobre en nuestra mesa, en el siglo XXI lo que mola es llevarse un cocinero a casa. Tal es la propuesta, auspiciada por el Ayuntamiento de Zaragoza, subastar la presencia de un cocinero en nuestro domicilio. Una ocurrencia de la página Tu plan para hoy, de la que copiamos las imágenes de los cocineros, por si alguien se anima a pujar. La cosa comienza el próximo sábado; lo seguiremos con morboso interés. ¿Cuánto cuesta –o se paga por– un cocinero?
¿Es usted vegano? ¿No sabe cómo alimentar a su hijo? No se apure, la Universidad de Zaragoza –¿no fue la que quiso poner una cátedra o algo así de homeopatía?– vuelve a ser pionera en tratar la periferia de la ciencia. Aunque quizá en esta ocasión esté más justificado para evitar males mayores. Huesca dispone de ya de la titulación de Experto Universitario en ‘Nutrición y alimentación del niño vegetariano y vegano’, dirigida por Iva Marqués, a la que se puede inscribir hasta el 15 de febrero, si así es su deseo.
Casualidad o no, justo hace un año, un juez británico avaló el veganismo como doctrina filosófica, como informo en su momento El País.
Como era de esperar, y adelantamos tiempo ha, el Centro Natación Helios ha conseguido, tras años de batallas judiciales, la licencia de restaurante y sala de fiestas para el edificio del complejo Aura, que ya tiene todo a punto para celebrar su mejor sanvalentín o, al menos, el más legal.
Según informa El Mundo, Duralex se ha salvado de la quiebra. Un tribunal de Orleans dio el visto bueno a su compra por parte del grupo francés Cookware, precisamente los propietarios de pyrex, otros especialistas en vidrio templado.
No ha pasado lo mismo con la pretendida venta de Carrefour al grupo canadiense Couche-Tard, que el gobierno francés ha vetado «en nombre de la soberanía alimentaria y si hace falta recurrirá para impedirla a un dispositivo legal sobre los sectores estratégicos». ¿Se imaginan algo similar por aquí?