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«El Salón del Gusto es un auténtico espectáculo con mucho fundamento. En algunas ediciones anteriores los visitantes se sentían como transportados al País de la Fantasía». FOTO: Cortesía Luis Pérez Visa.

 

Esta pandemia nos ha tocado por todas partes y el Salón del Gusto también ha sufrido modificaciones. Es considerado como el mayor evento organizado bienalmente por la Asociación Slow Food en Turín, Italia, desde 1996 y suele coincidir con otra celebración como es Terra Madre, cuyo propósito es tejer una red internacional de productores alimentarios y de todos aquellos que intervienen en las comunidades del alimento como: cocineros, profesores, estudiantes, investigadores, consumidores…para apoyar un modelo de producción local, saludable y sostenible: social, económica y medioambientalmente.

El Salón del Gusto es un auténtico espectáculo con mucho fundamento. En algunas ediciones anteriores los visitantes se sentían como transportados al País de la Fantasía con sus calles temáticas denominadas: calle del queso, calle del Aceite de Oliva, calle del cerdo…donde eran impregnados por tal variedad de olores que hacían inevitable una parada para ver, oler y degustar alimentos y elaboraciones, muchos de ellos totalmente desconocidos pero que representan un patrimonio alimentario de alguna comarca o territorio y que desde luego, sería imperdonable su desaparición porque empobrecería nuestra maltratada biodiversidad. Pero, aquellas sensaciones eran reales y para demostrarlo, allí estaban detrás de cada mostrador, sus productores defendiendo los frutos de su tierra, luchando por una economía del bien común en la que todos y nuestro medioambiente salimos beneficiados.

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FOTO: Cortesía Luis Pérez Visa.

Edición virtual

Este año está siendo diferente porque gran parte de las actividades se tienen que realizar virtualmente en vez de ser presenciales y por este motivo la duración será de seis meses en vez de unos días; se inició el 8 de octubre y terminará en abril de 2021 con el Congreso Internacional de Slow Food. Participan 160 países de los cinco continentes y está dedicado al futuro de la comida bajo el lema Nuestra comida, nuestro planeta, nuestro futuro, que ya nos indica toda una declaración de intenciones.

Pero esta vez, los expositores están agrupados por comarcas o regiones con toda la variedad de especialidades vegetales, animales y sus diferentes presentaciones que hace de este evento, un lugar ideal para promocionar la educación del gusto y descubrir los placeres del paladar, porque Slow Food cree firmemente que el acto de comer influye en nuestros valores, actitudes y emociones porque además de cultivar nuestros sentidos, que son nuestro nexo de unión con el exterior, abre nuestra mente y amplía nuestros horizontes a otras culturas gastronómicas por lejanas que estén.

Este tipo de encuentros significa todo un apoyo para una alimentación saludable y sostenible, una forma muy gustosa de adquirir conciencia sobre el valor de la comida y todo lo que hay detrás, su historia, el conocimiento de técnicas artesanales y tradicionales de alimentos pero con el impulso de nuevas tecnologías que facilitan todos los procesos necesarios para la recolección, crianza y transformación de alimentos sin menoscabo de su calidad organoléptica.

Gracias a estos contactos entre productores y consumidores se ha conseguido un incremento de la calidad de nuestras materias primas, pero es difícil poder apreciarla si no disponemos de tiempo para hacerlo, esto es, tiempo para idear un menú semanal, comprar, elaborar, degustar y compartir, por eso, esta propuesta lenta de Slow Food es revolucionaria, porque juega un papel importante en la regeneración de un bien común muy valioso como es la biodiversidad biológica y cultural de cada territorio y de su bienestar.

En definitiva, es una manera de recordarnos que tenemos que ponernos a descubrir toda la energía que se ha ido perdiendo al no utilizar los recursos autóctonos y no dejarnos manipular por criterios puramente económicos de las multinacionales y agroindustrias que ignoran la «estrecha relación que existe entre la bondad de la comida y su calidad medioambiental y social» como dice Carlo Petrini.

[Todas las presentaciones se pueden ver en una plataforma de acceso gratuito durante estos 6 meses.]