Tras el embotellado, ENATE Chardonnay-234 2020 ha permanecido unos meses más en bodega para lanzarlo en su mejor momento
Esta añada se caracteriza por un marcado sello atlántico,
propio de las condiciones climáticas de 2020
A partir de marzo, ya se puede disfrutar de la nueva añada 2020 de ENATE Chardonnay-234, ue comercializado dentro y fuera de España. Una añada marcada por las intensas lluvias de la primavera y unas suaves temperaturas, en contraste con un verano muy seco y caluroso, que propició una maduración completa de la variedad chardonnay. Circunstancias que han dado como resultado un vino de magnífica calidad, fresco y jugoso, con un marcado sello atlántico propio de la añada. Además, y pese a lo que se espera de un joven, este blanco de ENATE permanece en bodega durante unos meses más tras su embotellado, para lanzarlo en su mejor momento.
ENATE Chardonnay-234 2020 está elaborado con uva chardonnay procedente de la parcela 234, de la que recibe nombre, ubicada en el Valle de Enate. Una zona caracterizada por suelos frescos y profundos, de textura franco-arenosa, menos calcáreos que en otras zonas, y un clima influenciado por la cercanía del Pirineo y el contraste de temperaturas noche-día durante el período de maduración, que le confieren a esta variedad unas particularidades únicas.
Además, el 2020 ha reunido las condiciones climatológicas ideales para dar lugar a una añada excelente. Y es que, «pese a un inicio de año atípico desde un punto de vista climatológico, marcado por las intensas lluvias y un clima tropical hasta bien avanzada la primavera, el verano fue caluroso y seco, sin ser excesivo, lo que propició una maduración completa de la variedad chardonnay», explica Óscar Olivera, del departamento de Viticultura de ENATE. Además, este tiempo permitió que se pudiera vendimiar en el momento óptimo de la maduración. «La excelente condición sanitaria de la uva nos permitió arriesgar hasta alcanzar la fecha idónea de la vendimia, para no tener que conformarnos con un grado menor de maduración de la uva», afirma Olivera. Una vendimia que se realizó a final de agosto y por la noche, para que la uva llegue fresca a la bodega.
Así, el sello atlántico de la añada 2020 que se refleja en todos los vinos, lo hace también en ENATE Chardonnay-234, que luce su carácter más fresco y jugoso. «La nueva añada 2020 de ENATE Chardonnay-234 se expresa vibrante, con gran carga frutal y con un frescor tonificante», describe Jesús Artajona, director Técnico de ENATE. «Un vino con el que tratamos de mantener el estilo año tras año, a pesar de la dificultad», según explica Artajona. Además, ENATE Chardonnay-234 se mantiene en bodega durante unos meses tras su embotellado, pese a ser un vino joven, que variarán en función de cada añada, para que el vino se asiente en botella, con el objetivo de lanzarlo en su mejor momento.
De color amarillo pálido y reflejos glaucos, ENATE Chardonnay-234 es un blanco de complejo e intenso aroma varietal de manzana verde, melocotón maduro, hinojo y frutas exóticas (guayaba, fruta de la pasión), que reposa sobre un discreto fondo mineral. En boca, muestra un paladar amplio, graso, con un paso limpio y fresco gracias a su acidez sostenida y un final ligeramente almibarado. El aliado perfecto de pastas, pescados, mariscos y carnes blancas. Y es que este vino es el resultado de un proyecto pensado con sosiego que rompe con la tradicional imagen de fragilidad que arrastran los vinos blancos españoles.