Crear una marca cuesta mucho, pero mantenerla, bastante más. Una cadena de supermercados catalana, bajo el lema La nostra terra, ofrece en sus lineales estos tomquet Barbastro −debería ser tomaquet− de origen en Cataluña. El problema reside en que Barbastro no es una variedad de tomate −quizá allí sí; aquí una ciudad−, por más que el Tomate rosa de Barbastro sea una marca industrial, legalmente registrada, que ha logrado gran prestigio en poco tiempo.
Por lo que más parece que arriman el ascua a su sardina, para dar gato por liebre, o Barbastro por rosa.
El refrán, El buen paño, en el arca se vende cada vez está más obsoleto. Otros que tal, con un ejemplo que nos atañe. En una conocida y afamada web gastronómica aparece el artículo Las cerezas de Jaén que se cuelan en los bombones de licor más famosos del mundo.
Plagado de medias verdades. Ciertamente, hubo un tiempo en que las cerezas de los bombones Mon Cheri, de Ferrero, procedían de Aragón. De la comarca de Calatayud, concretamente de Aniñón. Pocos, más allá de la zona, lo sabían. Astutos intermediarios comenzaron a malmeter entre los productores de la zona, buscando bajar los precios, de forma que, como cabía prever, Ferrero desapareció de la comarca.
Probablemente hoy, con las cooperativas mucho más profesionalizadas, esto no pasaría.
Según informa El Periódico de Aragón, el huevo de gallina más grande de España, ha sido recogido en La Almunia de Doña Godina. Se dice allí que pesa 193 gramos, con 9 centímetros de largo y 22 centímetros de ancho; nada que objetar, salvo que ¿cómo puede ser un huevo mucho más ancho que largo? Parece que el redactor −que se debía saltar las clases de matemáticas, si es que existen en dichos estudios− ha confundido ancho con perímetro o circunferencia, medida que nos daría unos siete centímetros de ancho, diámetro del huevo, más acorde con lo que se ve en la fotografía.
Incluso antes de que Pepa Bueno acceda a la dirección de El País, nuestra tierra se deja ver abundantemente en sus páginas −por más que sigan sin corresponsal, al que ya no se espera−, como si lo vieran venir, pues la periodista mantiene una intensa relación con esta tierra, durante trabajó durante bastante tiempo.
La portada de El viajero, del pasado 24 de julio, ofrece un amplio reportaje sobre el valle del río Mesa, Por un camino de agua y roca.
En dicho suplemento, pero tres semanas antes, también aparecen reseñas del Hotel Cresol, en Calaceite; un reportaje acerca de cómo pasar 24 horas en Jaca; y entre los diez vermuts de bodega seleccionados, aparece como único aragonés el Turmeon Original, elaborado en Morata de Jalón.
En El País Semanal se ocupan de La leyenda del congrio seco, pescado desalado que apenas se conserva y consume en Aragón, especialmente en Calatayud. Eso sí, no se ha molestado en hablar con ningún cocinero bilbiltano que lo sigue trabajando en sus cocinas, como Lorenzo Escartín, en Casa Escartín.
Finalmente, como anticipándose a la presentación de la Ruta dulce de la provincia de Huesca, auspiciada por TuHuesca, Mikel López Iturriaga, más conocido como El Comidista se desplazó para probar los dulces oscenses con destino a su blog, publicado ¿adivinan? en la web de El País.
Las vacaciones son tiempo para relajarse y escribir tan solo comentarios de cosas buenas o positivas. Iremos espaciándolas semana tras semana, que promete uno no fallar, ahora que está de vacaciones.
Que el restaurante Zalacaín reabra es una buena noticia. Lo hace de la mano del grupo Urrechu, que mantendrá alguno de los platos más emblemáticos de la etapa Oyarbide, que fueron sus fundadores. Por lo que ha podido saber este tapao ya no es necesaria ni la chaqueta ni la corbata. Tan obligatorias eran, que el guardarropas disponía de varias para salvar a clientes despistados o ignorantes de las normas. Lo que ignora es si los Rolling Stones, que ahí disfrutaron de la cocina de Benjamín Urdiaín y los vinos seleccionados por Custodio Zamarra las llevaron puestas o las tuvieron que tomar prestadas.
