Javier Domeque, enólogo de la bodega, la califica de «muy buena» a pesar de un descenso del 60% de las precipitaciones, con excelente sanidad

 

2022 vendimia san Valero

 

 

Bodega San Valero ha dado por concluida la vendimia de 2022 con unos buenos resultados y una calidad de la uva «muy buena». Así lo pone de manifiesto Javier Domeque, director técnico de Bodegas San Valero, que destaca que «no solo ha acompañado una sanidad correcta, sino que también se han visto otros parámetros más concentrados como son los compuestos fenólicos importantes que después se han plasmado en la vinificación de las uvas».

La cantidad de uva recogida está por encima de los 24 millones de kilos, una cantidad superior a la del año pasado, que se quedó en 21 millones de kilos. «El resultado de nuestros vinos está siendo de una altísima calidad con intensidades aromáticas medio altas, sobre todo cabe destacar una peculiaridad de este año en cuanto a extracciones aromáticas muy interesantes enológicamente y no obtenidas en otras campañas. Altas extracciones de color sobre todo en variedades tintas, con tonos violáceos y rojizos muy intensos», destaca Domeque.

El factor clave sobre el cual han repercutido los resultados finales de la campaña en cuanto a cantidad y calidad se refiere ha sido la climatología. «La campaña ha estado muy influenciada por la temperatura y la precipitación; estos dos parámetros ambientales han resultado determinantes a la hora de definir el transcurso de la campaña, sus incidencias y resultado final».

En este sentido, el dato más transcendental en cuanto a la climatología se refiere es que la campaña 2022 ha tenido casi un 60% menos de precipitaciones con respecto a la media histórica de 13 años, y casi un 68% menos con respecto a la campaña 2021.

En cualquier caso, este dato ha permitido que la sanidad del viñedo haya sido excelente, ya que «no se ha producido un desarrollo de enfermedades y plagas de la vid, por lo que las uvas han llegado al momento de su vendimia sin ninguna incidencia sanitaria».

En definitiva, este año ha sido especialmente seco y hostil para el cultivo del viñedo, «pero una vez más, nuestras viñas demuestran su gran fortaleza frente al peor de los escenarios, y se arma de sus propios recursos para sobrellevar unas circunstancias tan negativas», concluyen desde el departamento técnico.