Si ironizamos un poco, podríamos llegar a afirmar que al sector le va bastante bien sin el gobierno. La hostelería ha batido records en Semana Santa e incluso algunos llegan a pensar, equivocadamente, que volverán los viejos tiempos. Por su parte, el sector agroalimentario, con sus sempiternos problemas, parece que se va manteniendo, lo que no es poco.
Terminando marzo continuamos y sin gobierno y sin prespectivas ciertas de su próximo nombramiento. Y las expectativas económicas amenazan a la baja. No necesariamente las acciones gubernamentales tienen un efecto inmediato sobre nuestro sector -a veces sí, especialmente en impuestos y reglamentaciones-, pero sus acciones determinan nuestro futoro a medio plazo, en la medida que la Unión Europea lo permita.