
Título: Revista Gastro Aragón 88: Hostelería Nómada
Meses: junio 2022/julio 2022
Tregua, no en Ucrania, desgraciadamente, al menos a la hora de escribir estas líneas. Pero sí parece que el sector gastronómico y agroalimentario viva unos especiales momentos de tregua, de incierta espera, hasta ver cómo se encara el próximo curso.
Parece que, como efecto de las anormalmente altas temperaturas desde el pasado mes de mayo, el verano ya estuviera aquí. Y no.
Al inusitado acumulamiento de eventos anulados o modificados durante la larga pandemia, que han logrado configurar la más intensa primavera gastronómica de la historia aragonesa, se suma una cierta dejadez, un esperar a tomar decisiones cuando llegue septiembre. Una frenética actividad ahora, como para así evitar pensar en el futuro.
Así, tirando de recursos, sin pensar mucho –para no deprimirnos– en la inflación, los costes energéticos, la subida y/o carencia de materias primas, la carencia de profesionales formados, van pasando los días hasta que llegue ese en que la realidad explote con toda su crueldad. Y entonces será tarde.
Resulta comprensible, pues llevamos ya más de dos años en un continuo sinvivir, pasando del confinamiento al miedo al desabastecimiento, a la par que crecen nuestras facturas.
No somos apocalípticos en esta publicación, pero desde que nació, justo tras la anterior crisis, en diciembre de 2009, no veíamos tal sensación de incertidumbre en la hostelería y el sector agroalimentario.
Por lo que resulta urgente repensar el futuro, tanto individualmente, como de forma colectiva. Probablemente viendo cómo estos problemas los resuelven o lo han hicieron nuestros vecinos, el resto de Europa. Sin olvidar, por supuesto, nuestra idiosincrasia.
¿Barato turismo de masas para extranjeros sin muchos recursos? O explotar nuestros recursos culturales y paisajísticos, especialmente en el interior, buscando otros viajeros.
¿Hostelería de subsistencia a precios de risa y malas condiciones laborales? O establecimientos sostenibles en el más amplio sentido de la palabra, a un coste justo para todos. ¿Producción industrial de alimentos, compitiendo con los países emergentes por abaratar la comida? O producciones de calidad, también sostenibles, donde prime la cercanía. Aunque lo parezca, no necesariamente deben ser opciones excluyentes.
INTENSIDAD
Nuestras páginas se han quedado cortas para seguir recogiendo la gran variedad de eventos del pasado bimestre, con lo que hemos tenido que optar por los más significativos.
La vorágine de los acontecimientos no nos ha permitido evolucionar como querríamos, pero prometemos hacerlo a partir de los próximos números. Atendiendo especialmente a las sugerencias de nuestros suscriptores, lectores y anunciantes, que es para quienes trabajamos.
Que los próximos meses les resulten gustosos, disfrutando de nuestra agroalimentación y gastronomía