
Título: Revista Gastro Aragón 98. Sal
Meses: febrero 2024/marzo 2024
Los agricultores y ganaderos europeos, hartos, se han lanzado a la calle. Sintetizando, se quejan de que no pueden sobrevivir en las actuales circunstancias. Muchos son los ciudadanos que les aplauden, pues nos proveen de alimentos, pero al parecer son bastantes menos los que parecen dispuestos a pagar más por la comida, por su precio justo.
Nos encontramos ante una tormenta perfecta. El sector está fuertemente subvencionado por la Unión Europea y cada uno de los Estados miembros, lo que conlleva una onerosa burocracia –como le pasa, por otra parte, a cualquier autónomo en relación con la Administración–, además de una serie de exigencias en la producción, que no cumplen los productos que nos llegan de terceros países; con lo que tiran los precios en una desleal competencia, sin que nadie –manda la geopolítica– imponga aranceles u otras condiciones.
También deben atender a unas exigencias medioambientales, que probablemente no estén bien definidas, explicadas, ni financiadas. A lo que suma los efectos de las guerras de Ucrania y Gaza, el cambio climático –que los agricultores sufren en primera persona– o los efectos de la sequía. También, el incumplimiento de leyes como la de la Cadena Alimentaria.
Aunque cuentan con organizaciones representativas, las últimas movilizaciones han sido espontáneas, lo que está permitiendo su instrumentalización política por todos los colores del espectro, por más que sea la derecha y la ultraderecha –debido a la idiosincrasia de los propios agricultores– quienes quieran encabezar las reivindicaciones, siguiendo la ola de otros populismos.
No hay soluciones simples a problemas complejos. La PAC nació como herramienta para garantizar la soberanía alimentaria de la Unión, pero debe ser perfeccionada, actualizada, acompasada a los ritmos actuales y consensuada con el sector, ya que en ocasiones peca de la soberbia de quienes no salen de sus cómodos despachos.
Y si pedimos precios justos para los productores, también para este bimestral, que viene asumiendo la subida de los costes de producción, sin repercutirlo en su precio. De ahí que, a partir de este mes, sean cinco euros lo que costará, por más que se mantienen las tarifas a los suscriptores. Seguiremos tratando de mejorar, con nuevas secciones, mientras caminamos hacia ese mítico número cien, que esperamos sea histórico.
No se olviden de consumir alimentos locales, son más rentables para todos, más allá de lo que nos cuesten.