Número: 99
Título: Revista Gastro Aragón 99. Leche inmortal
Meses: abril 2024/mayo 2024

Al parecer, los agricultores y ganaderos han bajado el ritmo de sus protestas. Siguen saliendo a la calle, pero menos, quizá conscientes de que muchas de sus reivindicaciones –no todas igual de justas– no se deciden ni aquí, ni en Madrid, sino en Bruselas. Resulta obvio que la PAC debe ser reformada, pero no todos coinciden en el camino a seguir. Más allá de cuestiones bastantes obvias, como exigir a los terceros países las mismas exigencias que a los comunitarios, el debate entre productivistas y medioambientalistas sigue vivo, sin que ninguno de los dos parezca imponerse.

Y la ciudadanía, más allá de aplausos por la calle cuando salen los tractores, mira hacia otro lado. Si la UE europea no mantiene sus ayudas, nuestro sector primario fenecerá. Dejar la alimentación en manos del mercado, como pretenden bastantes fondos de inversión que llevan años entrando en el sector, es un anunciado suicidio colectivo. Producir alimentos cuesta y, directa o indirectamente, hay que pagarlos.

Con un ritmo que se antoja muy lento para el sector, el Gobierno de Aragón comienza a apuntar algunas realidades. Como la apuesta por la presencia de nuestros alimentos y gastronomía en ferias y foros, una forma de promoción que se vio eclipsada los últimos años por la apuesta por la digitalización; necesaria, pero sin resultar el único camino.

También nos gustaría constatar que los impulsores de eventos gastronómicos, desde los privados a las asociaciones empresariales y profesionales, amén de las propias administraciones, comienzan a coordinarse, a trabajar hacia un horizonte común. Pero no se ve.

Nuestra próxima revista, que cumplirá el mítico número cien, estará dedicada a dilucidar qué ha cambiado en estos quince años desde que nació Gastro Aragón, allá por diciembre de 2009. Justo después de la crisis, con lo que ya estamos habituados a convivir con ella.

Sabemos que nuestros lectores y anunciantes son conscientes de las dificultades de editar una publicación impresa y también sabemos de su complicidad ante nuestras dificultades para mantener una puntualidad británica. Pero seguimos, informando, formando y entreteniendo. Evitando caer en las premuras y ñoñerías que imponen las redes sociales.

Resistiendo, como siempre, y tratando de ejercer el noble oficio del periodismo. Nos vemos en los bares y, si hubiera suerte, quizá coincidamos delante de un kiosco o librería, donde nos encontramos esperando a ese lector consciente de lo que supone la alimentación.